Los
resultados de las elecciones han sido un verdadero varapalo
para todos los que queremos cambio y progreso en nuestro
país. El PP no sólo ha ganado los comicios, también ha
crecido en número de votantes y en escaños, todo un tirón de
orejas para la nueva política, y una declaración de
intenciones para las próximas citas con las urnas. La
derecha ha sabido manejarse como pez en el agua con el
mensaje del miedo (que vienen los rojos), y con una
disciplina digna del mundo militar no solo ha conseguido que
ninguno de sus votantes se quedara en casa, sino que a
utilizado el correo para que no se pierda ningún voto de los
suyos . A pesar de ello, en Sagunto hemos mantenido la
hegemonía y somos la fuerza más votada, ni los boicots de
ciertas empresas movidas por el gran interés, ni la presión
de sectores taurinos que nos consta que vienen apoyados por
la mano que mece la cuna, han conseguido que nuestros
votantes peguen un puñetazo en la mesa reclamando la gestión
social que llevamos a cabo día a día.
La
principal reflexión del 26 J es que hay que aprender de la
derecha para acabar con ella. El PP ha tenido muchos
aciertos. Ha vendido el mensaje del miedo y se ha
aprovechado de la inercia negativa a los cambios, y más
cuando estos vienen encabezados por un líder que es capaz de
visitar al Rey en mangas de camisa. Hemos escuchado varias
veces que “mejor que nos robe el PP que lo que nos puede
pasar con el coletas”. “Estos seguro que nos dejan sin
medicamentos y a vivir como en Venezuela”. Frases como estas
esconden un éxito en la gestión política, sencillo,
¿verdad?
Las
paradojas de la piel de toro no acaban aquí y de nuevo nos
quitamos el sombrero ante los publicistas populares al poder
vender a Rajoy como líder de un país. Un hombre que no
destaca ni por su oratoria, ni por su carisma, ni por sus
índices de popularidad, pero ahí está, ganando elecciones
sin importar las causas de corrupción, los robos, las
políticas de recortes y austericidios, ni los escándalos de
sus ministros. Sólo se me ocurre recurrir a la literatura
clásica para explicar lo que nos pasa. Yo que soy Valle
Inclán-ista propondréLuces de Bohemia y en ella se afirma
que “En España el mérito no se premia, se premia el robar y
el ser sinvergüenza”. “En España se premia todo lo malo”.
Así de contundente se muestra el creador del esperpento. Una
crítica que hizo ante la imposibilidad de vivir en un país
deforme, injusto y opresivo como en la España de la
Restauración, aunque creo que compartimos argumentos y
motivos de crítica un siglo más tarde.
No todo es analizar al vencedor para desmontarlo,
también hay que hacerautocríticay ofrecer trabajo,
honestidad y emergencia social en nuestra gestión.Quizá no
hayamos sabido enganchar a la gente al mensaje, no ha habido
luces en Podemos para saber transmitir ese cambio real apoyado
por casi 200 economistas de todo el mundo incluyendo asesores
de Obama. No hemos conseguido hacer ver que nuestra prioridad
es la situación límite de familias sin ingresos, o acabar con
los corralitos de los partidos clientelares.. Ahora nos queda
mirar al futuro con optimismo y con el aval del trabajo bien
hecho en el Ayuntamiento que es el que nos hará crecer entre
los nuestros para seguir siendo la fuerza más votada y un
ejemplo de cómo pararle los pies a una derecha crecida que
debe comprobar nuestra capacidad , por el bien de los que nos
creemos que la política es la posibilidad de hacer la vida
mejor para todo@s, sin excepción. Incluidos las y los Max
Estrella.