Juan Planes.
¿Aceptarías
que un hotel te entregará la habitación con la cama desecha, que el vestuario
de tu gimnasio estuviera sucio o que los libros de una biblioteca no estuvieran
donde toca?
Somos muy exigentes
con la calidad de nuestros entornos no habituales, pero descuidamos nuestro
entorno habitual. No sabemos cuánto bien puede hacernos un entorno nutritivo y
cuánto mal un entorno tóxico.
Los
estudios son concluyentes, la naturaleza, el orden, la belleza, la música y el
silencio nos hacen bien mientras que las
noticias, el desorden y el ruido nos dañan.
Numerosas
evidencias indican que el contacto frecuente con la naturaleza mejora nuestros
niveles de bienestar, los pacientes de un hospital que disfrutan de vistas a la
naturaleza se recuperan antes que los que sólo ven ladrillos y cemento, los
ancianos que viven en residencias con accesos a zonas verdes viven más, las
personas que viven rodeadas de parques o tienen jardín soportan menores niveles
de estrés, pasear por el bosque aumenta la liberación de serotonina, la hormona
de la felicidad, y observar el mar nos
regala un ritmo cardíaco más sano.
Admirar algo que
nos parece bello nos hace sentir que tenemos más tiempo disponible, nos predispone
a ayudar más a los demás y mejora nuestra satisfacción con la vida, observar
obras de arte bellas mejora nuestra nivel de bienestar y una aplicación
informática bonita aumenta nuestro rendimiento.
Las personas que escuchan música con más
frecuencia reportan niveles de felicidad más altos, escuchar música nos hace
segregar dopamina y mejora nuestro estado de ánimo, disminuye
la presión arterial, la ansiedad y la depresión. Escuchar a Mozart
reduce el dolor muscular y hace que durmamos mejor.
El orden y la
limpieza favorecen el rendimiento, la productividad y los comportamientos
éticos. Los entornos desordenados hacen que comamos peor y ser “trastero” se ha
vinculado a la obesidad. El mero hecho de hacerte la cama y tener una
habitación ordenada favorece la calidad del sueño y se ha
comprobado una correlación entre desorden y depresión, fatiga y estrés.
Ver las noticias
(es decir, las malas noticias) correlaciona con aumentos de la ansiedad y la
tristeza, y aumenta la tendencia a ser catastrofistas con respecto a
preocupaciones personales, incluso aunque no tengan nada que ver con el
contenido de las noticias.
Mientras que el
silencio se asocia con la paz interior, el ruido se ha relacionado con úlceras,
muertes cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, suicidios, degradación
del sistema inmunológico, presión arterial alta, aumento de la frecuencia
cardíaca, trastornos hormonales, ansiedad y trastornos psicológicos
El filósofo griego Jenofonte nos enseñó
que “si organizas tus posesiones, el
resto de tu vida se pondrá en su lugar como por arte de magia”, ¿vas a ponerte
más en contacto la naturaleza, rodearte de más belleza, disfrutar del silencio
y de la música y ser más limpio y ordenado o pretendes seguir viendo las
noticias y vivir en el desorden y que tu vida sea mejor como por arte de magia?
Comparte la noticia
Categorías de la noticia