Una entrevista de trabajo en un proceso de selección. Foto: EPDA Hay vida más
allá del trabajo, pero una considerable parte de nuestra vida nos la pasamos, siendo
afortunados, trabajando. Por lo tanto, para alcanzar un puesto o mejorar
profesionalmente hay que escuchar las recomendaciones de expertos como Ana María Aceituno, profesora del grado en
Administración y Dirección de Empresas (ADE) de UNIR, la Universidad Internacional de La Rioja;
y David Guzmán, responsable de
Selección de UNIR.
Ante todo, sinceridad
Ana María Aceituno lo tiene claro: “En una
entrevista de trabajo conviene ser muy sincero sobre la formación
y también en el resto de información profesional porque son datos objetivos que
pueden ser comprobados con relativa facilidad y la falta de sinceridad tiene
consecuencias muy negativas”. A su
juicio, nunca se debe mentir, aunque sí destacar especialmente los puntos
fuertes. David Guzmán reafirma esta idea apelando al refranero español: `Se
pilla antes a un mentiroso que a un cojo´, porque en determinados casos, “basta
una simple pregunta durante la entrevista para darse cuenta de la farsa o para
que el candidato se delate con frases como `Bueno… en realidad no terminé
Periodismo... me quedé a las puertas del proyecto, pero...."
Pasos previos
Antes
de la entrevista, Ana María Aceituno y David Guzmán consideran esencial que el
candidato se informe sobre la empresa por internet o incluso por referencias de
amigos o familiares: orientación, antecedentes, jerarquía… Hay que prepararse ante posibles preguntas incluso
sobre rasgos de personalidad, expectativas salariales, futuros planes de vida…
que, en opinión de Aceituno, “no puedes dejar de responder, pero ante las que
conviene mostrar prudencia o diplomacia”. La coherencia también puede ayudarnos
a alcanzar el puesto de trabajo. Además, según Guzmán, conviene que, al
finalizar la entrevista, el candidato elabore un registro de qué puntos se han
tratado, cuáles han resultado peor dirimidos y cómo ha ido en términos
generales la cita.
“Al igual que queremos
ser considerados como personas únicas, también es bueno considerar que esa
empresa es única y transmitirlo durante la entrevista”, añade la profesora
de ADE de UNIR.
Marca personal y reputación
“Nos encontramos en un
mundo cada vez más competitivo, con más candidatos y más cualificados. Al igual
que las empresas innovan, se ha de generar una marca personal que muestre un
aspecto diferenciador de ti mismo entre los demás candidatos y que, haga
atractiva tu contratación. Las empresas buscan tipos únicos”, reseña David
Guzmán, quien considera vital venderse a uno mismo, una práctica que, siendo de
sentido común, a veces no aplicamos.
El
perfil que creamos en redes sociales como Facebook, Linkedin, Twitter o Xing
habla mucho de nosotros y conforma lo que se denomina como reputación on line, la clave para mantener y vender
nuestra marca personal. Con esta reflexión, Ana María Aceituno, por su parte,
aconseja cuidar también la presencia personal en internet y plantearse
preguntas como: “¿Qué fotos he colgado en mi perfil? ¿En qué redes sociales
estoy presente?”. Incluso, a veces en las entrevistas se valoran aspectos
como “¿qué gustos tiene?, ¿dónde ha estado
durante sus vacaciones?”…
Como resulta fácil
encontrar en Google referencias voluntarias o no voluntarias de esa persona,
Aceituno cree que debemos cuidar la coherencia profesional no solo con lo que se dice en el currículum, sino
también con una coherencia personal, que se hace evidente en las redes
sociales. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) concreta que no
existe diferencia alguna entre la identidad real y la identidad digital, puesto
que ambas se complementan. El 90 % de las empresas que hacen procesos de
selección bebe en las fuentes de redes sociales como Linkedin, Facebook y
Twitter, por ese orden. Tanto Guzmán como Aceituno valoran esta presencia en
las redes sociales, pero no hay que descuidar otros ámbitos como el networking
o elementos más tradicionales.
Presencia física y comunicación
Aunque
“sin duda, resulta clave el cuidado de la imagen personal”, David Guzmán cree
que hay que tener muy en cuenta la presentación social, “cómo nos ven los
demás, más allá de cómo nos vemos nosotros mismos”. La forma de vestir para
cada entrevista y puesto es uno de los elementos que el candidato ha de tener
en la cabeza.
“Tanto una apariencia excesiva como una
poco cuidada ofrecerán una mala imagen de nosotros y provocarán que podamos
sentirnos excluidos de un equipo o de un entorno profesional. De ahí que
debamos vestirnos dentro del criterio y personalidad de cada uno y ajustarnos a
las normas profesionales del sector, sin perder nuestro estilo”, aconseja la
profesora de ADE.
En los 45 minutos que puede
durar la cita laboral –confiesa el responsable de Selección de UNIR-, el
entrevistador “examina cada palabra, el tiempo que se toma
el candidato para responder y cómo se elabora el mensaje”. Y añade: “El 97 %
del contenido de un mensaje se transmite mediante la comunicación no verbal. Los
especialistas en Selección tienen facilidad para poder leerla e interpretarla y
apoyar sus conclusiones”.
Ana María Aceituno
corrobora todo lo apuntado por su colega ya que la imagen personal y el estilo propio “son el primer
mensaje de comunicación interpersonal que proyectamos a los demás”. En este
caso, “la regla de oro consiste en estar seguro de uno mismo”.
Errores del entrevistado
Ana María Aceituno cita
varios fallos en los que puede incurrir una persona que acude a un proceso de
selección: no saber a qué entrevista va; una inadecuada imagen personal para
ese puesto; la falta de puntualidad; la falta de sinceridad en el currículum y,
durante la conversación, interrogar con insistencia a la persona que entrevista;
hablar mal de anteriores empresas o jefes; atender el móvil; la falta de
expresividad; y el exceso de confianza. Además de estos elementos, David Guzmán
alude a las contradicciones, la falta de interés por el puesto, actitudes como
la arrogancia y la prepotencia, el intento por dirigir la entrevista, o el ser
demasiado escueto en las explicaciones.
Errores del entrevistador
Según
Guzmán, el entrevistador tiene que luchar para salvar estereotipos e imágenes
preconcebidas de los candidatos (efecto "Pigmalión" o la profecía
autocumplida). Otro error es la inquietud: “Hemos de dejar que los candidatos
puedan contestar y realizar una escucha activa de su discurso que puede
determinar la siguiente pregunta”. Por su parte, Aceituno cree que para
establecer una relación adecuada con el entrevistado es fundamental no
interrumpir frecuentemente, saber los objetivos y qué preguntas son las más
adecuadas, y no inquirir sobre cuestiones de índole personal, ideológica o
religiosa. Incluso un espacio inadecuado o un tiempo muy limitado pueden poner
trabas a la entrevista.
Currículum alternativo
Los
expertos de UNIR, sin olvidar el envío del currículum vitae por correo
electrónico o el uso de plataformas como Linkedin o YouTube, creen que en casos
determinados se puede optar por alternativas como el video currículum, el
currículum animado o el infográfico. En las páginas web o blogs hay que incluir
etiquetas o palabras clave que facilite la búsqueda del candidato. No obstante,
si la apuesta es un currículum más creativo y tecnológico, la calidad tiene que
primar por encima de todo. Una presentación “descuidada” en una vida laboral
brillante obviamente perjudica al candidato.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia