Rafa Tomás.
Ha pasado el verano y ya empieza la normalidad
de nuestra ciudadanía. Hay cole, hay incorporación laboral para muchas personas
y hay una posibilidad de normalizar nuestra vida cotidiana, de poner encima de
la mesa una vez más nuestros problemas reales y de analizar cuáles serían las
decisiones que habría que tomar para que la calidad de vida colectiva crezca.
Sabemos que hay una disminución preocupante de nuestra calidad de vida. Que
los poderes económicos universales han impuesto unas intolerables reglas del
juego y que el poder real cada vez está menos en manos del pueblo, sino de una
canallesca y egoísta minoría. Eso pasa a nivel universal y vemos cada día las
consecuencias terribles de esas oscuras decisiones: más pobreza, más injusticias,
menos derechos, menos libertad. Pero la verdad profunda es el dinero y el poderío
económico de una minoría. Y eso se transmite a todos los niveles, con muchos
matices, por supuesto. También ocurre a nivel nacional, a nivel autonómico o a
nivel municipal. Y sabemos que hay una alternativa posible y eficaz. El
socialismo democrático, que ha sabido hacer históricamente una lectura
solidaria de las situaciones sociales que se han vivido en muchísimos países
europeos. Y que ha puesto sobre la mesa el llamado Estado de Bienestar,.
El Partido Socialista español se ha puesto
en marcha. Caras nuevas e ideas nuevas y recuperación activa y práctica de nuestras
ideas eficaces de cambio y bienestar. La derecha española sigue soñando con los
viejos tiempos y hemos de trabajar activamente para conseguir una sociedad
nueva de verdad, que no mire sólo a su egoísmo personal, que descubra la
cultura del esfuerzo y de la responsabilidad, que descubra la grandeza de la
transparencia y de la honestidad, que tenga capacidad crítica ante las
continuas manipulaciones de los poderes económicos y de muchos de sus
sacristanes políticos. Ellos mienten cuando critican el coste del Estado del
Bienestar, porque sólo buscan la privatización de muchos servicios para
favorecer a amigos suyos, porque ellos están gastando en muchos sitios
barbaridades insensatas e inútiles y, para eso, no hay como mirar nuestra
Comunidad y les encanta meter en las tripas de la gente eso de que todos los
políticos son iguales y de que hay que eliminar a la clase política. El Partido
Socialista nuevo se ha comprometido a barrer toda la corrupción pública, a
activar una justicia más ligera, más rápida y más eficaz, a reformar lo que sea
necesario para conseguir una nación plural y solidaria, con los cambios
constitucionales necesarios para que la incompleta transición se convierta en
un cambio estructural profundo y de verdad. No le tenemos miedo a nada y
queremos luchar contra los populismos sin ninguna carga real.
Ahora la ciudadanía hemos de levantarnos.
Existe una situación intolerable de desempleo, de pobreza, de recortes en cuestiones
esenciales como la sanidad, la educación o la dependencia. Los socialistas nos
hemos de levantar. En mayo hay elecciones locales y por eso la Comisión
Ejecutiva del Partido Socialista de Sagunto ya ha elegido a su candidata.
Nuria Ferriz. Ahora se abre un periodo hasta primeros de octubre para presentar
más candidaturas y luego habrán primarias entre las personas afiliadas al Partido.
Por eso, nuestra Ejecutiva quiere un cambio radical, para que la ciudadanía
saguntina confíe absolutamente con un Partido que quiere una enorme proximidad,
que tiene una candidata con una enorme capacidad de trabajo y de acercamiento a
escuchar a las personas, que quiere una ciudad abierta, participativa. Nuestra
candidata va a trabajar para que la gestión municipal sea eficaz y transparente
del todo, para que las competencias municipales se ejerzan con responsabilidad,
para que seamos capaces de dar la lata a las administraciones de la Generalitat
y del Estado para que inviertan en mejoras importantes de nuestra ciudad.
Sabemos todo lo que no ha hecho el Partido
Popular y sabemos todo lo que necesitamos y lo sabremos cada vez mejor con la
participación de la ciudadanía. Nuria Ferriz trabajará para tener una ciudad
más activa, más solidaria, más culta en su gran patrimonio, más respetuosa con
la variedad medioambiental, más participativa, con un rechazo absoluto de
cualquier tipo de corrupción. Ya veréis como tengo razón.
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