Sofía Soler, Fallera Mayor Infantil de Valencia 2016. EPDA Elegancia, equilibro... saber estar. Son adjetivos que pueden parecer excesivos para referirse a una niña de 11 años pero Sofía Soler, la Fallera Mayor Infantil de Valencia para el 2016 los reúne. Aparece a la entrevista con muletas “me he caído pero el jueves me quitan la escayola” asegura optimista. Su sonrisa, cálida e inocente, refleja su pasión por las fallas:
“soy una de las máximas representantes de las Fallas de Valencia y eso es muy bonito”,
dice. “Hay mucha ilusión y mucho sentimiento en ser Fallera Mayor Infantil. De mi
falla era especial pero de Valencia todavía más”, añade.
Ella sabe que pasará a la historia, sobre todo por ser la primera Fallera Mayor Infantil de Valencia de una comisión de fuera de la capital, en este caso de la General Asensio-Marqués de Solferit de Quart de Poblet. Son 400 falleros que no caben de gozo por la noticia. El día de la llamada el casal estaba lleno. “No me esperaba que me llamaran. Tenía esa cosa de
decir ¿y si me llaman? pero como no soy de Valencia no lo esperaba”, recuerda. Ahora
es una realidad y sólo le asusta un poco “ponerme nerviosa en la Crida cuando hable a la gente, pero espero hacerlo bien en todos los actos”.
Ella representa las fiestas josefinas en toda su esencia. Es nieta e hija de falleros. Su abuelo materno fundó la falla a la que pertenece en Quart, su madre y su tía han sido falleras mayores, sus primos presidentes, ahora casi toda su familia está en la Junta Directiva de la comisión de Quart. “Soy fallera desde que nací. A mi primera ofrenta me llevaron con 17
días”. Tanta vinculación tiene con las fallas que incluso su cumpleaños coincide con el mes josefino. El día 1 de marzo cumplirá los 12 y este año más que nunca tendrá una celebración especial. Ahora le esperan 1.600 actos falleros a los que acudirá con la misma ilusión a todos, pues “me gustan todos los actos, aunque mis preferidos son la Crida y las mascletàs”.
Corte de Honor
Sofía encara su mandato fallero junto a su Corte de Honor con la que forma “una piña. Desde el principio teníamos claro que, saliera la que saliera, nos íbamos a apoyar y a ayudar. Nos llevamos muy bien”, asegura esta niña que se ha convertido en un personaje público de primer orden. “En mi casa me tratan igual, mis amigas y amigos están muy contentos y, la verdad, la gente de fuera de casa sí me trata de forma más especial”, reconoce.
“Mis abuelas están muy contentas también y la de Paiporta quiere que vaya porque allí todos quieren hacerse fotos conmigo y le dan la enhorabuena”, cuenta entre risas Sofía.
Tan niña le cuesta ver el futuro a largo plazo pero al preguntarle por su próximo sueño relacionado con las fiestas valencianas lo tiene claro: “no aspiro a ser Fallera Mayor de Valencia, que lo vivan otras, pero de mi falla sí, por supuesto”. Porque Sofía seguirá siendo fallera toda la vida, forma parte de ella, de su carácter.
Oboe y medicina
Pero Sofía Soler tiene una vida completa. Como cualquier niña estudia, cursa sexto de primaria en el colegio Purísima Concepción y reconoce que este año se le está poniendo difícil: “hago los deberes a medio día y la tarde la dedico a estudiar porque ahora me hacen todos los exámenes el mismo día. El otro día hice cinco y mañana tengo dos”. Además, en sus ratos libres deberá practicar con el oboe pues este año iba a terminar la formación musical y entrar en la Banda de Música Juvenil pero “tendrá que ser el próximo año cuando termine el curso del colegio”. Y por si no fuera poco para una niña de 11 años, se encuentra
en el Nivel Absoluto de Gimnasia Rítmica.
Con este currículum Sofía puede aspirar a lo que quiera pero tiene claro que de mayor quiere ser “médico pediatra y también me gusta entrevistar a la gente, así que el periodismo también me gusta” siendo su medio preferido la televisión. En cuanto al tiempo libre siente predilección por las canciones de Rosario Flores a quien podrá conocer el próximo 12 de diciembre en un concierto en Valencia.
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