Susana Gisbert./EPDA En Valencia usamos una frase muy característica para aludir a la llegada de las primeras mañanas primaverales. “Hace un sol de fallas”. De esa manera, expresamos algo tan sencillo como que el sol ya calienta, y que empieza a dar gusto sentarse en una terraza a disfrutarlo desprendiéndonos de capas de ropa.
Paradójicamente, las Fallas, que surgieron como una celebración del solsticio de primavera, acaban siendo el indicador de que la primavera ha llegado, aunque el calendario se retrase un poco. Y el tiempo y la ciudad se ponen de fiesta.
Pero lo que ha ocurrido este año nos ha desconcertado un poco. Resulta que el famoso sol de fallas ha llegado en enero, justamente cuando tiene lugar la Exaltación de las falleras mayores de Valencia, a la que siempre hay que acudir bien abrigada porque la rasca se nota en la calle. Sol de fallas en enero.
Lo estamos viendo en los informativos. Mientras gran parte de Europa estaba viviendo una ola de frío que cubría las calles como si fuera postales navideñas, en nuestra costa mediterránea disfrutábamos, entre la alegría, el asombro y la preocupación, de un sol de fallas y hasta de un poco más, de un tiempo casi veraniego.
No voy a decir nada nuevo si afirmo que esta locura de los termómetros en algo agridulce. No podemos negar que este tiempo es agradable e invita a hacer cosas en la calle, pero tampoco podemos negar que estas temperaturas no son normales. No son nada normales. Y hasta los negacionistas más recalcitrantes del camio climático pueden darse cuenta. Es algo antinatural y no es bueno, aunque el solecito terracero pueda taparnos los ojos e invitar a mirar hacia otro lado.
Aunque no es eso lo único que me preocupa. Mi yo frívolo, que se ha compinchado con mi yo fallero, están muy preocupados. Como siga haciendo este tiempo estupendo, no sé las Fallas que nos esperan, y unas fallas con mal tiempo son un drama de proporciones cósmicas. Y eso sí que no.
Así que a ver si este sol de fallas se esconde un poco y se reserva para el tiempo en que le toca, que ya le vale. Que no pasa nada por pasar algo de frío en enero y febrero. Y ya llegará el sol de fallas en marzo, que es cuando le corresponde. Y no solo por las Fallas. Por todo el planeta
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