A lo largo del último año y medio, sobre todo
tras el colapso económico provocado por la pandemia de COVID-19, hemos visto
que los minicréditos
nuevos han ganado terreno a
los préstamos personales ofrecidos por los bancos tradicionales. De hecho,
el número de familias que han recurrido a ellos se ha multiplicado durante ese
tiempo. Sin embargo ¿pueden considerarse también una alternativa de
financiación válida para los autónomos y pequeñas empresas? Aquí lo vamos a
analizar.
¿Qué son los
minicréditos nuevos?
Fundamentalmente, se trata de una opción
financiera ofrecida por empresas privadas. Se caracterizan, en primer lugar,
por ofrecer montos de dinero bastante reducidos que no suelen superar los 600 € y plazos de devolución relativamente cortos.
Generalmente, estos no superan los 30 días desde el momento de la concesión,
aunque hay cierto margen para la negociación.
Sin embargo, más allá de estas características
fundamentales, hay otras que generan gran interés entre los autónomos y los
propietarios de pequeños negocios:
●
Gestión sencilla y rápida. Estos minicréditos
se gestionan completamente online. Desde la solicitud hasta el momento de la
transferencia. Basta con entrar a la página web de la empresa que los ofrece,
rellenar el formulario, aportar la documentación por correo electrónico y
listo.
●
Respuesta en cuestión de horas. El solicitante
puede saber si se le concede el crédito o no en un par de horas. De hecho, en
caso de que sea aceptada su solicitud, recibirá la transferencia en un máximo
de 2 días. Momento a partir del cual podrá invertir el dinero en lo que desee.
●
Requisitos muy escasos. Solo hace falta un DNI
y un CIF, una cuenta corriente asociada al titular o a la empresa y ser mayor
de 18 años. Con solo aportar esa información junto a un número de teléfono y
una cuenta de correo electrónico se puede llevar a cabo la gestión.
Además, los minicréditos nuevos se declaran a
Hacienda exactamente del mismo modo que cualquier otro préstamo. Es cierto que tienen
tipos de interés más altos que los
de los préstamos convencionales ofrecidos por los bancos. Sin embargo, la
inmediatez de su concesión y la falta de requisitos compensan este hecho.
Pero ¿para qué
puede querer un autónomo un minicrédito?
Hay muchas situaciones en las que puede ser de
utilidad. Partamos de la base de que las medianas y grandes empresas suelen
tener contratadas líneas de crédito
con los bancos que les permiten obtener el dinero que necesitan de forma casi
inmediata. Pero los autónomos no suelen tener acceso a ellas.
Por ejemplo, el autónomo puede usar el dinero
para hacer frente a los primeros gastos
asociados al inicio de su actividad (asesoría y gestoría, pago de tasas,
etc.). Posteriormente, tiene la posibilidad de emplearlo como recurso con el
que hacer frente a una avería inesperada o a la compra de herramientas de
trabajo necesarias para su actividad.
Eso sí, a la hora de solicitarlos, es
necesario que el autónomo sepa con
certeza que lo va a poder devolver. Es cierto que a través de plataformas
de comparación como Morebanker
es posible acceder a préstamos de este tipo con condiciones muy ventajosas.
Pero, si no se devuelven en plazo, las penalizaciones suelen ser extremadamente
altas y pueden conllevar el embargo de sus bienes.
En definitiva, tanto si quieres montar un
negocio como si eres autónomo y necesitas hacer frente a un gasto inesperado e inaplazable, compara
y elige un minicrédito nuevo que te brinde las mejores condiciones. Se trata de
una alternativa de financiación tan válida como cualquier otra y que puede
brindarte una serie de ventajas que no están al alcance de ninguna otra.
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