Sonia Rivilla, en el cartel electoral. EPDA La concejala de Guanyem La Pobla de Farnals en el Ayuntamiento de la localidad, Sonia Rivilla, aseguró que impugnará el acuerdo adoptado en la asamblea celebrada el pasado 30 de julio en el que se votó a favor de su expulsión de la formación política. Rivilla sostiene que “no se ha seguido” el proceso que marcan los estatutos y calificó todo el proceso de “irregular”.
La marca blanca de Podemos en La Pobla de Farnals decidió expulsar a su representante en el Consistorio por “vulnerar nuestros estatutos y el código ético de Guanyem”. Lo hizo tras una tensa asamblea en la que se cuestionó, por parte de algunos de los presentes, la labor desarrollada por Rivilla como concejala de la formación política. En concreto, la discrepancia surgió a raíz de la negociación que se debía mantener con el equipo de gobierno para acordar cuál era la concejalía de la que Guanyem se haría cargo. Al parecer, y según consta en el acta de la asamblea, Sonia Rivilla “no respetó el preacuerdo” y dio una serie de pasos “sin contar” con los integrantes de la agrupación, ya que “informó al alcalde de que las negociaciones las mantendrían dos personas de Esquerra Unida”, una decisión que “tomó de manera unilateral”, remarcan.
Ante ello, Guanyem La Pobla de Farnals decidió someter a votación la expulsión de su única concejala, que arrojó un resultado de siete votos a favor, uno en contra y una abstención.
Sonia Rivilla, sin embargo, dice no sentirse expulsada del partido político al que representa y asegura sentirse “respaldada” por mucha gente. Contó que la asamblea en la que se decidió su expusión se desarrolló de manera “irregular”, por lo que no tiene “ninguna validez”. Arguyó que no se convocó a todos los integrantes de la agrupación y que no existía un orden del día en el que se avanzara que se iba a abordar el tema de su expulsión. “Si se hubiera convocado a toda la gente, el resultado de la votación habría sido diferente”, sostuvo.
La concejala manifestó que continuará ejerciendo su labor en el Ayuntamiento y pidió un voto de confianza, ya que “no puede ser que se cuestione cada paso que doy y que no se me dé tiempo para desarrollar mi cargo”. Rivilla entiende que haya discrepacias internas como en cualquier partido o agrupación, “pero no se puede actuar de una manera tan radical ante cualquier desavenencia”, concluyó.
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