Imagen de la obra "Sueña, Casanova". Foto: EPDA.
Arden
presenta en Quart de Poblet el próximo viernes, 25 de mayo, en el Auditori Molí
de Vila a las 22.30 horas, su último y exitoso montaje teatral, “Sueña,
Casanova”. Esta comedia, tras su estreno el pasado mes de enero en el XXIX
Festival Internacional de Teatro de Málaga, realiza esta primavera una gira por
la Comunidad Valenciana. Las actrices Amparo Vayá y Eva Lezcano, junto a Juan
Carlos Garés y Chema Cardeña conforman el elenco, para dar vida a los
personajes de esta obra que supone el montaje número dieciocho de Arden.
Las entradas (4/5
euros) se pueden adquirir en la Casa de Cultura, de lunes a jueves (de 9.30
a 13 horas y de 17 a 20 horas), en el Auditorio desde
una hora antes del acto y a través de Servicam: en el teléfono 96 511.71.17, en
la web www.servicam.como y en los terminales de PUNTO DE venta Servi CAM.
La
pieza teatral quiere poner su acento en la libertad a la que aspira todo ser
humano; libertad de pensar, de creer, de desear… Una obra que también nos habla
de la fortaleza y de la increíble capacidad del hombre para sobrevivir en las
más duras condiciones, y de cómo la mente puede hacer que una triste celda se
convierta en el espacio ideal donde hacer realidad los deseos. Pero a pesar de
la profundidad del mensaje, la compañía insiste en que el tono de comedia es
fundamental para tratar ciertos temas y así, Cardeña ha entretejido una trama
ágil y divertida para reflejar la angustia del encierro, las ansias de la fuga
y las ensoñaciones que harán que los protagonistas resistan y sobrevivan.
“Sueña,
Casanova” recoge la esencia del Arden de su primera etapa, que dio títulos como
“La estancia”, “La puta enamorada” o “El idiota en Versalles”, recalando en
esta ocasión en la Italia renacentista y con Goldoni y la Ilustración como
telón histórico de fondo.
Giacomo
Casanova, “fue mucho más que un libertino aventurero, -asegura el autor del
texto y director del montaje Chema Cardeña-, fue un hombre culto, refinado, con
una increíble capacidad de asombro y una sed insaciable de conocimiento”. En el
momento que relata la obra, Casanova ha sido encerrado en prisión por el Santo
Oficio por sus actividades masónicas y su comportamiento libertino. Comparte
celda con el conde Gaetano, hombre visionario y también masón, a quien quemaron
los ojos por intentar fugarse de dicha prisión. Han compartido un año de sus
vidas en ese calabozo, sin más compañía que la visita de una judía llamada
Adila (Amparo Vayá). Pero llega un día en que los dos reos hacen un pacto:
Gaetano confesará a Casanova la única salida posible y este a cambio deberá
relatarle sus aventuras amorosas.
Las visiones y los sueños
Tres
divertidos e intensos relatos, protagonizados por la dama que Gaetano, -el
compañero de celda de Casanova-, siempre lleva en su recuerdo (Eva Lezcano),
marcarán la cuenta atrás para la histórica fuga de Casanova, pues ha pasado a
los anales de la Historia como el único preso que logró escapar de los
terribles “Plomos de Venecia”. Gaetano, incapaz de soñar, tiene cada noche
visiones de futuro donde preconiza masacres, revueltas, cortes imperiales… “Sueña,
Casanova!. Sueña por tu libertad. ¿Alguien pagó menos por algo tan grande?”
Un
austero, húmedo y sucio calabozo sirve de escenario para esta comedia,
contrapuesto a los espacios de los sueños, donde un pequeño escenario,
-emulando los utilizados en el siglo XVII o XVIII por toda Europa-, cubierto
por un sensual terciopelo rojo, acogerá la historia de una casada veneciana,
una priora romana o una princesa de Constantinopla. Una escenografía simbólica
que transgrede la época en que sucede la acción se conjuga con un vestuario
fiel al momento histórico (diseñado por el vestuarista valenciano Pascual
Peris), continuando así con la línea estética de esta compañía, en donde los
espacios escénicos son siempre austeros y minimalistas pero con una gran
potencia estética. Los reflejos del frío suelo de metal en la celda, contrastan
con la calidez de la madera y los tejidos voluptuosos de los sueños. Una
iluminación potente y sugerente a cargo del diseñador valenciano Ximo Rojo,
completa el apartado artístico del montaje.
Cardeña
y Arden.
Chema
Cardeña, -dramaturgo, actor y director-, lleva diecisiete años escribiendo y
dirigiendo los montajes de Arden, y responsabilizándose de la dirección
artística de la compañía.
Ha
publicado dos trilogías clásicas sobre los teatros europeo y helénico, (títulos
como “La Estancia” “La puta enamorada”, “El Banquete”, “El ombligo del mundo”,
“La reina asesina”). También ha publicado y puesto en pie una trilogía sobre el
Tiempo con obras como “El Xanadú”, “Rèquiem” o “Contratemps” y otras obras
históricas como “Clandestinos”.
Estudioso
y admirador de William Shakespeare, ha escrito varias adaptaciones de sus
obras, llevando dos de ellas a escena con Arden: “R.III” (sobre Ricardo III) y
“Hotel Venezia” sobre Othelo.
A lo
largo de estos años ha recibido numerosos premios: en dos ocasiones el de la
Crítica Valenciana o el de la Crítica de Barcelona. El Max Aub de la
Generalitat Valenciana, el Premio Abril de los Profesionales Valencianos o el
Premio A.I.TA de la asociación de espectadores de Alicante, además de dos veces
nominado a los Premios nacionales Max, de las Artes Escénicas.
Sus
últimos trabajos para Arden han sido “Gatacienta” y “7 Reinas”, dirección en
ambos del propio Cardeña y el primero de ellos escrito conjuntamente con la
actriz y autora teatral Amparo Vayá. El segundo se podrá ver en la programación
del Festival Sagunto a Escena en el Teatro Romano, para llegar a Valencia en el
próximo mes de octubre.
Las
críticas han dicho sobre “Sueña, Casanova”:
“Un
buen texto, imaginativo, atractivo y bien interpretado, que Chema Cardeña
desenvuelve en escena con mucha habilidad y economía de medios, demostrando la
gran madurez alcanzada en esta faceta. Un magnífico trabajo”.
Nel
Diago. Cartelera Turia. Diciembre 2011.
“Bella
pieza teatral con excelente discurso literario y ágil construcción
dramatúrgica”.
Óscar Romero. Festival de Málaga. Enero 2012.
Los
principales valores del montaje residen en su reparto; el mismo Cardeña está
espléndido como Casanova, y lo mismo debe decirse de J.C. Garés, magnífico como
Gaetano en un registro peligrosamente disperso. El trabajo bien hecho es el
mejor argumento ético posible.
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