ANTONIO ANDRÉS MOREJÓN DE GIRÓN BASCUÑANA. EPDAMuy
feliz, prometedora y fascinante se vende, a los marroquíes, la vida en España,
dulces sueños se les vaticinan a habitantes africanos que no saben la
precariedad, cuanto menos legal, en la que despertarán.
La
reciente invasión de la ciudad de Ceuta podemos calificarla de muchas formas
pero nadie puede decir que sea inesperada, miles de indicios hay de los
intereses árabes por reconquistar lo que ellos consideran “..su territorio
ocupado…”
Una
sola excusa ha servido a los marroquíes para justificar una entrada masiva e
invasora. Nada nuevo en tramas internacionales que buscan apoderarse de
territorios que se consideran invadidos, ocupados o colonizados por otros. Ya
pasó, no solo en África, con la famosa “Marcha Verde de 1975” sino hace siglos
en la guerra Hispano – Cubano - Estadounidense donde la explosión del acorazado
Estadounidense “Maine” en el puerto de La Habana el 15 de febrero de 1898, dio
pie a la entrada de los Estados Unidos en la contienda donde España perdió la
soberanía de Cuba. Todo ello, pese a que nunca se demostró que el hundimiento
fuese provocado por los Españoles.
Los
marroquíes han manifestado que la actual
crisis migratoria en Ceuta, "nada
tiene que ver" con el ingreso del líder del Frente Polisario, Brahim
Ghali, en un hospital de Logroño desde el pasado mes de abril por coronavirus,
pero lo cierto es que ha coincidido.
Sea
como fuere, si probado está el conflicto en Ceuta, latente es el problema en el
futuro de España, la posición del Gobierno actual se pronostica complicada,
quedando entre el dilema de: repatriar a los invasores o nacionalizarlos.
Difícil
va a ser lo primero y peligroso será lo segundo, más si miramos lo ocurrido el
11 de julio de 212, cuando Lucius
Septimius Bassianus, Emperador Romano, Caracalla, dictó el Edicto
Caracalla o “Constitutio Antoniniana” mediante la cual otorgó la ciudadanía
romana a todos los habitantes libres de las provincias, produciéndose en un
solo día la mayor nacionalización de la historia, dando la condición de Romanos
a más de 30 millones de habitantes.
Ésta,
la mayor concesión de ciudadanía de la historia
llevada a cabo, como muchas acciones de Emperadores, no albergaba un fin
noble sino más bien una intención oculta de incrementar los ingresos fiscales
al aumentar el número de personas que debían, desde ese momento, pagar
impuestos. De esta forma financiaría sus costosas campañas militares.
La “super nacionalización”, conllevó a que los
Romanos de pleno derecho perdieran privilegios y ésto se reflejó dos décadas
después de la publicación de la Constitución Antoniana, generando que el
Imperio Romano entrara en una crisis político, económico y social con grandes
desordenes públicos que acarreó la división del imperio.
Observando
los acontecimientos actuales, sin realizar valoraciones políticas, no sé si la
intención es una nacionalización indiscriminada, quizás ya no por patrocinar
guerras pero quizás sí por ganar votantes. Lo evidente es que se está produciendo
una inmigración desordenada, sin ningún tipo de regulación y totalmente
descontrolada de todos aquellos ciudadanos que están entrando, nos guste o no
de forma irregular en España.
De
la pérdida de soberanía española en Cuba, tras la batalla en la Bahía de
Santiago de Cuba– 3 de julio de 1898-, que finalizó con la rendición de los
españoles, el historiador alemán Michael Zeuske dijo:
“Hubo una España antes de 1898, global,
imperio colonial y, otra España después de 1898 un país europeo mediocre, marginal
y sin importancia.”
Visto
los acontecimientos, preocupación me da pensar que dirán los futuros
historiadores de España, ahora “... un país europeo mediocre, marginal y
sin importancia” .
Ya
solo nos queda gritar: ¡ Santiago, y cierra, España!
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