La Esteban. FOTO TELECINCO.ES Lo primero lo digo yo. Lo segundo, Paolo Vasile, consejero delegado o, para entendernos, el mandamás de Telecinco.
Telecinco ha encontrado la fórmula del éxito con una programación basada en el corazón, la víscera y la polémica, únicos ingredientes capaces de otorgar grandes datos de audiencia, excepción hecha de determinados eventos deportivos, alguna serie nacional y pocas, muy pocas películas. En la era de la TDT y la hiperfragmentación de audiencias, la cadena de Fuencarral ha ido ampliando estos programas hasta 'cronicamarcianear' su parrilla de programación de lunes a domingo.
¿Qué es, si no, 'Supervivientes Última Hora' en la noche de los lunes, 'Enemigos Íntimos' en el late night de los martes y miércoles, 'Supervivientes' y 'Resistiré, ¿vale?' los jueves, 'Sálvame Deluxe' los viernes, 'La Noria' los sábados y 'Vuélveme loca' los fines de semana? Cada uno de éstos recuerdan a 'Crónicas Marcianas' en su esencia: entretenimiento, show, polémica, morbo, griterío, corazón,... En definitiva, aunque cada uno tiene sus peculiaridades, se basan en broncas y despellejamientos, a veces con una exagerada e injusta crueldad, con unos colaboradores cuyos curricula se llenan de máster en 'Cuernología', diplomado en 'Reality Show', licenciado en 'Soy famos@ porque me casé con un torero' o la modalidad que más abunda ahora, 'Soy famos@ porque se la metí a una folklórica' o doctorado en Polemicología.
Por si no teníamos bastante, Telecinco ha movido este fin de semana a la sobremesa 'Vuélveme loca', con un resultado discreto, en torno al 10%, muy similar a los que obtenían las películas, por lo que es más que satisfactorio, no sólo porque este 'Tomate' con otro nombre es infinitamente más barato que la mayoría de filmes que emitía Telecinco, sino porque sirve de arrastre para el espacio posterior, el 'Qué tiempo tan feliz' presentado por María Teresa Campos, que ha logrado un 15 y un 13%, respectivamente.
Guste más o menos, este modelo va a darle a Telecinco el liderazgo en junio y me resisto, ¿vale?, a echarle la culpa a sus directivos. Soy de los que piensan, aunque la intelectualidad no esté de acuerdo, que se hace la televisión que quiere el público. Y me disculparán quienes discrepen conmigo, pero no estoy de acuerdo con aquellos que opinan que los telespectadores consumen lo que le echan y que si todas las televisiones hicieran un pacto de sangre para emitir sólo programa culturales, películas en blanco y negro y debates tipo 'La Clave', otro gallo nos cantaría.
Pero, no. Mientras la televisión (privada) sea simplemente un negocio -que no es otra cosa-, lo único que seguirá importando es la audiencia como sinónimo de publicidad, facturación y beneficios. Si no lo hiciera Telecinco, lo haría cualquier otra, incluso las que ahora se rasgan las vestiduras al no encontrar un modelo que seduzca al respetable.
El problema no radica en qué programas promueven las cadenas privadas, sino las siguientes cuestiones que dejo para el debate:
- ¿las televisiones públicas que pagamos con nuestros impuestos deben gastarse lo que no tienen en películas americanas -como La 1 y las autonómicas-, grandes eventos deportivos, que cuestan una fortuna, telenovelas estereotipadas o contratar con productoras externas con las abultadísimas plantillas que tienen?
- ¿de quién es la responsabilidad que los menores vean películas y series violentas o con contenido sexual explícito? ¿de las televisión o de los padres?
- ¿qué es telebasura? Y si pensamos que un programa es telebasura, ¿por qué el público no le da la espalda, que es la única forma que una cadena lo suprima?
- ¿es, como ha dicho Paolo Vasile, Belén Esteban la precursora del movimiento 15-M porque ''
representa a la mujer que protesta, al inconformista, al desahogo de la gente"?
Comparte la noticia
Categorías de la noticia