Como
es sabido, los españoles y las españolas se muestran cada vez más
inclinados a los movimientos financieros online, sobre todo gracias
las facilidades que las herramientas tecnológicas les brindan. En el
siguiente artículo, te comentaremos todo lo que necesitas saber
sobre los derivados financieros y porqué son tan populares entre los
inversores nacionales. Empecemos.
Con
el verano ya en territorio español, es momento de tomarse un
descanso y repasar, al mismo tiempo, algunos de los
indicadores económicos
más importantes para encarar el próximo año en materia de
movimientos financieros. En ese sentido, muchas personas aprovechan
la tranquilidad de los meses estivales para repasar el rendimiento de
su portfolio y tomar las medidas necesarias que lleven a obtener
mejores rendimientos en el corto y mediano plazo.
En
esa dirección, actualmente España vive un boom de inversiones en
línea. La combinación de las nuevas necesidades que ha despertado
un contexto de inflación e incertidumbre económica, por un lado,
así como también la facilidad para operar abrió la puerta a nuevos
mercados y a un mayor acceso a los ya existentes.
Un
claro ejemplo de esto último es la inversión en derivados
financieros.
¿De qué se tratan? ¿Por qué son tan populares en España? A
continuación, todo lo que necesitas saber.
Introducción
a los derivados financieros
Para
muchos especialistas en el mundo financiero, los derivados juegan un
rol preponderante a la hora de armar un buen porfolio, ya que permite
a los inversionistas una buena gestión del riesgo y una mayor
especulación en los movimientos de los precios de distintos activos
subyacentes.
En
un contexto digitalizado como el actual, los derivados financieros
ganaron una gran fama gracias a su capacidad de adaptarse a las
distintas estrategias de inversión que permiten, así como también
su flexibilidad. Pero empecemos por el principio: ¿qué son los
derivados financieros?
En
pocas palabras, se trata de un contrato cuyo valor real se encuentra
vinculado al ya mencionado activo subyacente, el cual puede ser:
materias primas, acciones, divisas, bonos, entre muchos otros. Los
derivados financieros pueden ser negociados en distintos mercados
organizados, como las bolsas de valores o de manera privada, como los
OTC (over the counter).
¿Qué
tipos de derivados financieros existen?
1
– Futuros: son aquellos que obligan a ambas partes a vender o
comprar un activo subyacente en una fecha preestablecida, así como
también a un valor fijado de antemano. Estos contratos se suelen
utilizar como un refugio ante la volatilidad, así como también como
un elemento de especulación
financiera.
2
– Opciones: este tipo de derivado financiero otorga a los titulares
el derecho, aunque no la obligación, de poder comprar o de poder
vender un activo subyacente a un precio pactado y en una fecha
específica. Este tipo de contrato de derivado financiero es ideal
para quienes buscan una estrategia basada en la especulación, ya que
permite aún más un control de riesgos adecuado.
3
- Índices: los contratos de derivados financieros sobre índices
toman de referencia a un índice bursátil, como puede ser el caso de
los más conocidos como el NASDAQ o el SP500. De esta manera, el
inversor puede especular sobre el rendimiento de una economía o de
un mercado sin tener que poseer cada acción de manera individual.
4
- Swaps: por último, podemos hablar de este derivado financiero que
se centra en el intercambio de rendimientos o efectivo a partir de un
activo subyacente. El intercambio puede centrarse en distintos tipos
de instrumentos financieros. Es el más utilizado para aquellos que
buscan obtener ganancias a partir de las diferencias de rendimientos
de los activos.
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