Alfonso Felip. EPDA Las previsiones económicas y laborales para este 2024 no parece que vayan a ser muy buenas. Entre la situación geopolítica, la falsa salida de la crisis del COVID y los avances tecnológicos que posibilitan producir los mismo con más con menos personal vamos camino de aumento del paro y de un cambio importante en el mercado laboral.
Vamos a asistir al final de un ciclo. Posiblemente unos de los mejores ciclos económicos y sociales de la historia. Tengo la teoría que el mundo tocó techo más o menos entre el 2008 y el 2010. Por aquel entonces cualquier empleado podía cambiar de empresa de un día para otro. Trabajadores de oficios básicos como fontaneros, carpinteros, electricistas, etc. entraban en las obras al mejor postor, cobrando unas cantidades propias de personal directivo o de alta cualificación. Por otra parte, no había ideas populistas de jornadas de cuatro días o jornadas de 37 horas. El personal trabajaba lo máximo posible y también ganaba cantidades que nunca se volverán a ganar.
Todo el ciclo de bonanza anteriormente comentado no se supo aprovechar en ningún sentido. El gobierno de turno no invirtió en cambiar el modelo económico, apenas apostó por la innovación, la investigación o por aumentar la productividad. La gran cantidad de beneficios que se generaron fueron a parar a obras faraónicas de dudosa rentabilidad y a cuentas de quien supo o pudo guardar en algún lugar del mundo.
En estos momentos nos encontramos que las principales empresas de la provincia tienen muchos problemas para seguir produciendo y comercializando debido a la inestabilidad mundial, los elevados costes energéticos, de personal y un sinfín de problemas burocráticos.
Por otro lado, la implantación de nuevas tecnologías, la irrupción de la inteligencia artificial y el hecho de producir lo necesario al menor coste está provocando que se supriman muchos empleos.
En los próximos años, para tener un trabajo habrá que tomar nota de los cambios tecnológicos sabiendo aprovechar las ventajas que nos traerá la inteligencia artificial. No hay que enfrentarse al cambio, hay que adaptarse.
También es una apuesta segura el hecho de llevar a cabo todo lo relacionado con la salud y el cuidado de gente mayor. Las estadísticas recogen una subida de la esperanza de vida durante los próximos años motivada por los avances médicos. La población mayor va a necesitar ocio y cuidados.
Sería conveniente que el gobierno central de Pedro Sánchez se dedicara a tomarse en serio la innovación, la formación y la productividad. Sin embargo, dichas medidas requieren cambios poco electoralistas.
Como dice mi admirado Marc Vidal, lo mejor que pueden hacer es irse de España. El problema es… dónde.
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