Alfonso Felip, vicesecretario de Asuntos Culturales de Som Castelló. /EPDA Estamos viviendo tiempos de contradicciones. Una de la más curiosas es que nunca en la historia, la población ha tenido tantos canales para informarse de lo que sucedía en el mundo como hasta ahora y, al mismo tiempo, estamos en uno de los momentos en el que más desinformada o con más información manipulada se encuentra. Esto, de momento, porque las últimas directivas de la Unión Europea y las acciones del más que mejorable gobierno de España van orientadas a controlar el acceso a los canales antes referidos. Y, como ejemplo, lo último que ha ocurrido con la aplicación Telegram. Un juez amparado en una denuncia por derechos de autor decide cerrar un canal en el que unos 18 millones de españoles se comunican, tienen acceso a noticias o descargan contenidos audiovisuales.
La Unión Europea se ha convertido en un organismo capaz de articular una ley para controlar la inteligencia artificial y a su vez pretender ser la garante mundial de la democracia. Cada vez es más dudoso si el trabajo de los políticos europeos es para conseguir un bien común o claramente solo se mueven por intereses de grandes corporaciones o lobbys.
Mientras asistimos a sesiones esperpénticas en el Congreso de los Diputados con debates sobre asuntos de incierta importancia como es una amnistía a unos políticos condenados por defraudar dinero público. Cada vez hay más problemas serios que ni se debaten por la denominada clase política ni se nombran en las noticias. El control de los medios de masas por la clase política a través de publicidad institucional es cada vez más alto.
Problemas que afectan seriamente a la población hay muchos pero solo me voy a referir a uno. En las últimas semanas se ha alcanzado un nuevo récord en la deuda pública, unos 1,5 billones de euros. Para una sociedad que cada vez depende más de algún tipo de ingreso del Estado, la situación económica no tiene demasiada buena pinta. Miren cuántas veces lo han comentado en las noticias o cuántos debates ha habido en los medios sobre ello.
En cuanto a lo que sucede en nuestra ciudad, la alcaldesa de Castelló ha decretado desde su llegada al Ayuntamiento que la ciudad sea una fiesta constante. Todos los fines de semana hay verbenas, conciertos y otros entretenimientos para a la ciudadanía. Lo de afrontar los datos del paro, el cierre de los comercios del centro, la nula apuesta por atraer empresas y demás problemas que, de verdad, afectan a la población y que necesitan una solución lo ‘dejaremos para más adelante o para promesas en la próxima campaña’. De momento, la máxima aspiración diaria de la alcaldesa es salir en los medios asistiendo a eventos.
No se fíen demasiado de los medios tradicionales y apuesten por informarse a través de blogs, cuentas en redes sociales, etc. Y, principalmente, no se crean la versión oficial, duden, investiguen, analicen y saquen sus propias conclusiones. THE TRUTH IS OUT THERE (X Files Serie).
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