Normalmente cuando pensamos en el paraíso playero, nos imaginamos viajando hasta destinos caribeños repletos de playas muy extensas pobladas de enormes palmeras y cocos, arenas blancas y aguas cristalinas. ¿Pero y si te dijéramos que el paraíso puede estar más cerca de lo que piensas?
Esto es lo que piensan todos aquellos que contratan viajes a Mykonos su Voyage Privé. Y es que visitar esta isla griega es uno de los destinos favoritos para aquellos que quieren disfrutar de la tranquilidad que da una tumbona en la playa sin renunciar a las mejores fiestas y al ocio de mejor calidad, todo ello con el valor añadido de conocer una cultura algo distinta en la que poder descubrir otros atractivos. Ubicada en el mar Egeo y perteneciente al archipiélago de las islas Cícladas, se trata de unos de los lugares más visitados y turísticos en épocas veraniegas debido a su enorme actividad durante los meses de más calor.
El turismo se ha centrado en esta isla por esconder playas cristalinas que pueden ser poco transitadas si uno sabe dónde ir. La vida nocturna también es un gran aliciente para todo tipo de públicos, desde los más jóvenes hasta aquellos grupos de amigos que se reúnen para volver a rememorar tiempos pasados. Son muchos los clubs, discotecas y locales que pueden ofrecerte buenos ratos de noche, con música para todos los oídos. Además, para los más fanáticos de la historia, se trata de la isla más cercana a Delos, uno de los cuatro principales yacimientos arqueológicos de Grecia.
Un paisaje blanco que contrasta con el azul del mar
¿Que por qué decimos esto? Resulta imposible a estas alturas pensar que cuando se habla de Mykonos la gente no la asocie directamente con su estructura arquitectónica, y seguro que sabes de lo que hablamos. La típica fotografía de casas blancas amontonadas en una gran colina serpenteante, al lado del mar y con pequeños ventanales de diferentes colores - sobretodo azules - es la mejor representación de Mykonos, la isla más icónica de la geografía griega.
Sus calles dan una sensación de calma y paz increíble que atrapa a todos sus visitantes, encandilados a su vez por las preciosas vistas que oculta. Conocido como “la pequeña Venecia”, Alefkándra es uno de sus barrios más populares y pasear por su interior es casi como estar dentro de una postal. Todos los que han viajado hasta allí recomiendan fervientemente observar alguna de sus puestas de sol antes de hacer un paseo nocturno y disfrutar de un precioso ambiente.
Pero conocer la verdadera Mykonos es imposible si uno no callejea por todos sus rincones. Old Mykonos es la parte más antigua de la isla, un lugar encantador repleto de pequeñas callejuelas tranquilas y mágicas en las que te sentirás como en un cuento. También es casi obligatorio visitar los típicos molinos de viento del barrio de Chora, que desde el siglo XVI están en pie para proporcionar una de las vistas más bonitas de toda la ínsula.
Estas son algunas de las playas más bonitas de Mykonos
Gracias a su espectacular clima mediterráneo y sus agradables temperaturas anuales, visitar la isla es una experiencia entrañable en cualquier momento del año. Pero como hemos dicho, uno de los atractivos de toda buena isla es guardar en su manga algunas de las playas más bonitas y espectaculares que podemos encontrar.
En el caso de Mykonos, la playa de Psarou está considerada por muchos como la mejor playa de la isla por ser de pequeñas dimensiones y estar arropada por un azul increíble, aunque el exceso de tumbonas hace que otros se decanten por la playa de Paranga, que destaca por su ambiente tranquilo y por un marco paisajístico precioso. Aunque depende de la época del año suele estar algo masificada por el turismo, lo cierto es que la riqueza de su fondo marino hace que sea una experiencia maravillosa para los amantes de realizar actividades marítimas como el buceo o el snorkel.
Si quieres huir de la marea turística, una de las recomendaciones es Agrari, una playa tranquila de gruesa arena y aguas turquesas ubicada muy cerca de la playa de Elia. Llegar hasta allí no es tan sencillo como otras playas, y quizás es por eso que entre sus márgenes se puede practicar el naturismo. Lo mismo sucede con la playa de Panormos, otra de las menos masificadas por estar algo alejada del centro de la ciudad, o con Agios Sostis, una playa virgen en la que no se ven ni tumbonas ni chiringuitos. Es más, justo a los pies de una pequeña capilla ubicada en la colina existe una pequeña cala solitaria que se convertirá en tu lugar favorito.