Imagen de los trabajos de restauración. El Ayuntamiento de Torrent ha
iniciado esta semana una nueva fase de la restauración ambiental del barranc de
l’Horteta, con el objetivo de dar continuidad a las actuaciones de adecuación
morfológica y ambiental realizadas durante los últimos meses, centradas en
eliminar diversas áreas de cañaveral –aproximadamente 3.500 metros
cuadrados- para evitar la proliferación de esta peligrosa especie invasora. “La caña es considerada como una de las 100
invasoras más peligrosas, por la alteración de los ecosistemas que coloniza. Y
por ello, retirarla es crucial. No sólo para mantener la biodiversidad y
riqueza del c, sino también para garantizar la capacidad de
desagüe”, señala el concejal de Vivienda y Sostenibilidad, Francisco José
Arnau.
A saber, entre los efectos que
provoca una alta densidad de esta planta destacan: la competencia y reducción
de las especies autóctonas; una mayor evapotranspiración; y el aumento del
riesgo de inundación en episodios de lluvia torrencial, ya que es fácilmente
arrancada, al contrario que la vegetación autóctona, que sostiene los márgenes
y es flexible, adaptada a los episodios de lluvias mediterráneas. Esta especie
invasora es uno de los principales peligros para la biodiversidad, al provocar
la desaparición de las plantas y animales propios de cada región y modificar
profundamente nuestros ecosistemas.
Asimismo, Arnau apunta que tras
la retirada de esta zona de cañaveral “se
inicia una segunda fase que se centrará en realizar plantaciones de especies de
ribera autóctonas”. Así, las plantaciones las realizará personal técnico de
la Fundación Limne, que prevé introducir 400 helófitos en primera línea (lirios
amarillos y juncos) para el refuerzo de los márgenes y, tras ellos, una granja
arbustiva compuesta de cerca de 680 saúces, adelfas y arraclanes.
Tras esta última especie,
considerada en peligro de extinción, se esconden varios años de trabajos y ensayos por parte de la
Dirección General de Medio Natural y de Evaluación Ambiental de la Generalitat
Valenciana, a través del Centro para la Investigación y Experimentación
Forestal (CIEF) y el Servicio de Vida Silvestre, que consiguieron reproducir la
planta in vitro a través de los escasos ejemplares que se
tenían censados originalmente, lo que permitió generar nuevos ejemplares que se
han ido plantando en lugares que se escogen como reservorios para esta singular
arbustiva.
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