Convenio entre la consellería y la universidad La Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia
Climática y Transición Ecológica destina 50.000 euros a la Universidad Miguel
Hernández (UMH) para el desarrollo de programas de investigación enmarcados en
la detección y seguimiento de la presencia del SARS-CoV-2 en las aguas
residuales de Elche, además de mantener los trabajos centrados en la calidad de
las aguas de drenaje agrícola del sur de la Comunidad.
La consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia
Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, acompañada del director general
del Agua, Manuel Aldeguer, ha presentado el convenio de colaboración junto con
el rector de la UMH, Juan José Ruiz, y ha señalado la necesidad de "apoyar
y alinearse con los investigadores y los científicos para poner en marcha
proyectos de vigilancia epidemiológica orientados a la alerta temprana y al
seguimiento en tiempo real de la presencia del virus en nuestro
territorio".
Mollà ha explicado que "el objetivo del estudio también
es el de homologar los criterios y conocer cuando esta nueva herramienta puede
ser indicativa y significativa para adoptar medidas de prevención".
"A estas alturas no existe todavía un indicador que nos haga saltar las
alarmas", ha indicado la consellera, que ha trasladado un mensaje de
"prudencia y responsabilidad sobre las conclusiones" de la toma de muestras.
La investigación, impulsada con las universidades públicas
Miguel Hernández, Jaume I de Castelló y la Universitat de València desde
finales de abril, se fundamenta en la toma de muestras de las aguas residuales
entrantes a las depuradoras para detectar la presencia de restos del virus
SARS-CoV-2 y evaluar la eficacia de las técnicas de análisis.
En este sentido, el apoyo se ha acompañado además de la
autorización de la Empresa Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (EPSAR)
para la toma de muestras en las plantas de Algorós, Arenales y Carrizales.
"El estudio, la cuantificación y el desarrollo de
nuevas herramientas son instrumentos necesarios para acertar en las políticas y
conseguir métodos eficaces para luchar contra las actuales crisis, tanto
sanitarias como climáticas", ha asegurado Mollà.
El proyecto de rastreo de las aguas residuales no es el
único incluido en el convenio, que da continuidad a la línea de trabajo
iniciada en 2016 para medir la calidad de las aguas de la Comunitat Valenciana.
Concretamente, se centra en las aguas sobrantes de la Vega Baja y el Bajo
Vinalopó, dada la importancia social, ambiental y económica de los azarbes y
sus aguas y los posibles efectos sobre las zonas costeras.
En los proyectos participan el departamento de Agroquímica y
Medio Ambiente, junto al Instituto de Investigación, Desarrollo e Innovación en
Biotecnología Sanitaria de Elche (IDiBE) así como miembros de la división de
Bioquímica y Biología Molecular, Medicina Clínica, Producción Vegetal y Microbiología
y el Centro de Investigación Operativa (CIO).
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