El profesor con dos alumnos. FOTO EPDA
Un grupo del Caferma de Valencia. FOTO EPDA
El 28 de marzo de 1942 moría el poeta Miguel Hernández en la cárcel de Alicante. Nacido en 1910, entre su vida y su muerte trascurren 31 años. Y 70 kilómetros, la distancia que separa su Orihuela natal de la enfermería de la prisión de la capital alicantina. 70 kilómetros convertidos por el Instituto Valenciano de la Juventud (IVAJ) en un recorrido que reúne desde hace 13 años a miles de personas dispuestas a recordar al cabrero oriolano metido a escritor y soldado. La "Senda del Poeta ", con motivo del centenario del nacimiento de Miguel Hernández, ha sido transitada dos veces este año, en abril y en noviembre. En esta última edición, el fin de semana pasado, se realizaba por primera vez el recorrido inverso: de Alicante a Orihuela, pasando por Elche, San Isidro, Albatera, Callosa de Segura y, finalmente, llegando al rincón hernandiano de Orihuela. Entre los más de mil participantes de esta última edición se encuentran alumnos de secundaría del colegio Caferma de Valencia. 13 jóvenes de este centro junto a dos de sus profesores aparecían en todos los periódicos alicantinos depositando claveles rojos en la tumba del poeta. Todo un símbolo.
Durante estos tres días en la senda se han ido integrando participantes, siendo el domingo la etapa más participativa, también es verdad que algunos abandonaron por no encontrarse en condiciones pero hicieron las etapas trasladándose en tren, las personas que allí se encontraban, no querían perderse nada, la gente que participa en esta senda es muy particular, desde el respeto, la camaradería, la alegría convivían gentes de todas las edades y de diferentes orígenes, básicamente españoles pero también había grupos de estudiantes ingleses y estadounidenses. En la primera etapa , después de visitar la tumba del poeta los senderistas se dirigieron hacia Elche donde después de disfrutar de una ducha y una reconfortante cena pudieron descansar en las instalaciones de la Universidad. El segundo día se partió hacia Albatera haciendo escala en Crevillente para comer, donde gracias a la espontaneidad de algunos participantes, durante el descanso contó con la lectura o interpretación de diversos poemas de Miguel Hernández y de poemas propios. Entre ellos, la tertulia literária del grupo Crisol y alumnos del IES del pueblo de Crevillente, también de personas que todos los años realizan esta Senda. Después de la comida se partió hacia San Isidro donde una emotiva acogida recibió a los caminantes entre canciones de Serrat, aquí también hubo lectura de poemas y un joven anciano consiguió que todos cantaran con él "Andaluces de Jaén".
Al atardecer entre palmerales se llegó a Albatera para pernoctar. El domingo después del desayuno se partía hacia Orihuela llegando a mediodía donde se podía visitar la casa del poeta y dejarle mensajes escritos.
"Esta ha sido una experiencia muy especial para nosotros ya que hemos conseguido que nuestros alumnos tomen contacto con la memoria histórica" comentaba la jefa de estudios del colegio Caferma, que,satisfecha de haber podido acabr el recorrido criticaba el recorte de gasto de esta edición que desmboca en una falta de medios con carencias en la organización como son las comidas, la asistencia a los caminantes o las instalaciones que permitan una higiene adecuada para un grupo tan numeroso de personas. Los monitores se llevan la parte positiva de la crítica pues estuvieron en todo momento animando y ayudando a los participantes. Pero como escribía Daniel, un alumno del colegio valenciano participante, al final de la senda: "Ha sido un pateo pero vale la pena".
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