Tres científicas valencianas han sido premiadas
en Madrid, durante la octava edición de las bolsas de investigación del Programa
L'Oréal UNESCO "For Women in Science". Un programa que desde hace 13 años ha
realizado una intensa actividad de promoción y apoyo a las investigadoras españolas,
así como de fomento de las vocaciones científicas.
Las becadas valencianas de este año, premiadas por sus prometedoras
investigaciones, han sido: María Ángeles Tormo, destacada por el estudio de la
bacteria "Staphylococcus aureus", causante de importantes infecciones tanto en
humanos como en animales; Begoña Sot, que estudia las proteínas implicadas en
enfermedades neurodegenerativas y Reyes Benlloch, reconocida por sus estudios
sobre las proteínas fotorreceptoras en plantas.
Junto a ellas también han sido galardonadas Marta Alonso, reconocida por el
desarrollo de nuevas terapias para tumores cerebrales infantiles y Laura Herrero,
que busca nuevos tratamientos para la obesidad y la diabetes tipo 2.
Las cinco científicas han sido elegidas entre más de 300 candidatas, después de un
riguroso proceso. Tras ser revisadas por una Comisión Técnico Científica, sus
candidaturas han pasado el filtro de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva
-ANEP-, perteneciente a la Dirección General de Investigación Científica y Técnica del
Ministerio de Economía y Competitividad. La decisión final ha estado a cargo de un
jurado presidido por la Dra. Margarita Salas, Investigadora ad honorem en el Centro
de Biología Molecular “Severo Ochoa” del CSIC y la UAM, y compuesto por la Dra.
María Blasco, Directora del CNIO, la Dra. Pilar Carbonero, Catedrática de
Bioquímica y Biología Molecular de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de la UPM, y
el Dr. Esteban Domingo, Profesor de Investigación del CSIC en el Centro de Biología
Molecular “Severo Ochoa”.
Durante el acto se ha celebrado un debate con María Blasco, Directora del Centro
Nacional de Investigaciones Científicas (CNIO); María Vallet-Regí, Catedrática de
Química Inorgánica de la Facultad de Farmacia de la UCM, y Capitolina Díaz,
Presidenta de AMIT, la Asociación española de mujeres Investigadoras y Tecnólogas.
Estas tres prestigiosas investigadoras en diferentes campos han expuesto su punto de
vista sobre los retos de la mujer investigadora hoy en España. El cierre del acto ha
corrido a cargo de Carmen Vela Olmo, Secretaria de Estado de Investigación,
Desarrollo e Innovación, e Ignacio González, Presidente de la Comunidad de Madrid.
Para François-Xavier Fenart, presidente de L’Oréal España, "nuestro programa
ha contribuido a modificar actitudes, luchar contra prejuicios y abrir nuevas
oportunidades para las mujeres". Y ha añadido: "Nuestro reto es ayudar a despertar
las vocaciones de las niñas que hoy se plantean su futuro académico y profesional y
animarlas a seguir una carrera de investigación".
De acuerdo con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y su informe "Datos y
cifras del Sistema Universitario Español, Curso 2012- 2013", en los últimos diez años
ha descendido un 27% el número de estudiantes universitarios en la rama de
Ciencia. Una rama donde las mujeres son mayoría, con el 53%, sobre todo en
Medicina donde representan tres de cada cuatro estudiantes, una de las tasas más
altas de Europa.
A medida que avanzan en su carrera científica, la presencia de las mujeres va
disminuyendo. Según datos del "Informe Mujeres Investigadoras 2013" realizado por
el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), éstas representan cerca del
35% del total de su personal científico investigador, frente al 65% de los hombres,
porcentaje que baja hasta el 23% en el caso de los profesores de investigación.
María Ángeles Tormo Mas (38 años)
Licenciada en Farmacia por la Universidad de Valencia, cuenta con
un doctorado por la Universidad Cardenal Herrera-CEU.
Actualmente es investigadora en el Centro de Investigación y
Tecnología Animal del Instituto Valenciano de Investigaciones
Agrarias (CITA-IVIA) y el año que viene se incorporará como
investigadora Ramón y Cajal en el Instituto de Investigación la Fe
de Valencia. Su proyecto de investigación se basa en el
"Staphylococcus aureus", una bacteria que produce importantes infecciones tanto en
los humanos como en los animales.
Esta bacteria posee elementos genéticos móviles, que son una parte móvil del
genoma, de manera que pueden ser transferidos de unas bacterias a otras. "El
objetivo del proyecto es estudiar los factores de virulencia que poseen estas islas de
patogenicidad (IP), con el fin de conocer cómo al adquirir estas IP las bacterias son
capaces de producir infección y así finalmente poder combatirla", explica.
Begoña Sot Sanz (38 años)
Licenciada en Bioquímica por la Universidad del País Vasco, cuenta
con un doctorado en Bioquímica de esta misma Universidad. En la
actualidad, es investigadora Ramón y Cajal en la Fundación
IMDEA-Nanociencia.
Su investigación se centra en las proteínas que están implicadas en
enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el
Parkinson. Durante la enfermedad, estas proteínas forman estructuras inadecuadas,
como por ejemplo fibras amiloides. Su proyecto pretende estudiar cómo la
proteína CCT, que se encuentra de forma natural en nuestras células, es capaz de
evitar la formación de fibras amiloides, implicadas en enfermedades
neurodegenerativas.
Reyes Benlloch Ortiz (36 años)
Licenciada en Ciencias Biológicas (Universidad Politécnica de
Valencia), cuenta con un doctorado en Biotecnología por la
misma universidad. Actualmente es investigadora postdoctoral
en el laboratorio de la Doctora Paloma Más, en el Centro de
Investigación en Agrigenómica (Barcelona). Allí desarrolla su
investigación gracias a un contrato financiado por una Beca
“IntraEuropean Marie Curie Fellowship” del VII Programa Marco
de la Unión Europea.
Su proyecto de investigación se centra en el estudio de las proteínas fotorreceptoras
en plantas, unas moléculas que permiten a la planta percibir la luz, sincronizando así
su reloj circadiano y adaptando su desarrollo a las condiciones ambientales que la
rodean. Se ha demostrado que una correcta sincronización del reloj asegura un buen
desarrollo de las plantas, influyendo en el ritmo de crecimiento y la productividad.
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