David Aloy Sueño que puedo pasear por mi pueblo sin miedo a que me atropellen por culpa de un paso de peatones que ha desaparecido, o un niño invada una carretera por falta de una valla.
Sueño que, paseando, llego a un gran parque donde mi hijo de 4 años puede disfrutar junto a otros niños de todas las edades de un lugar amplio y seguro, donde jugar. Donde yo pueda aprovechar y charlar con decenas de vecinos de cómo van las cosas en mi pueblo.
Sueño que los adolescentes de mi pueblo tienen un lugar donde desarrollar sus inquietudes, donde juntarse y relacionarse, un lugar suyo. Sueño que cuando esos adolescentes terminan sus estudios, en mi pueblo hay un lugar donde pueden empezar su profesión, donde se generan sinergias de trabajo y el empleo fluye por
Yo tengo un sueñosí solo.
Sueño que puedo correr, nadar, jugar al Basket o al Frontón en unas instalaciones dignas que se mantienen como el primer día cuando fueron nuevas. Sueño con una nueva alameda pensada por y para los vecinos, orgullo de todos nosotros. Sueño que al hacerme mayor puedo seguir disfrutando de un pueblo sin barreras arquitectónicas y con una gran casa donde los más ancianos nos reuniremos para hacer ejercicio, talleres, pasear o incluso dormir. Sueño esto y tantas otras cosas, que al despertar y volver a la realidad y ver que nada es real, me pregunto: ¿A qué se han dedicado nuestros políticos los últimos 20 años? ¿No tenían sueños? ¿O no han sabido hacerlos realidad?
Yo pienso seguir soñando por el pueblo que quiero y cada día al despertar seguiré luchando y trabajando para hacerlo realidad. Porque soñar un pueblo mejor, un pueblo más solidario y un pueblo más justo, es lo que me hace cada día levantarme del sofá para ofrecerle a mi hijo ese sueño que yo todavía no he vivido
Comparte la noticia
Categorías de la noticia