Manuel González. El año
que estamos a punto de abandonar, será recordado en la historia
porque ha marcado un antes y un después en nuestras vidas. Siento
orgullo del comportamiento ejemplar de la mayoría de los ciudadanos
que hemos sabido superar con nota los malos momentos que aún estamos
viviendo, y lamento profundamente la perdida de todos esas personas
que se han topado con el maldito Covid-19.
Esta
pandemia ha condicionado todo en nuestras vidas, también la agenda
política que se ha visto superada ante los acontecimientos. En este
sentido he de decir que en nuestro municipio, todos los partidos
políticos sin excepción, hemos remado en la misma dirección, y
todos los recursos necesarios para implementar las medidas
impulsadas desde el ayuntamiento se han aprobado con total
unanimidad. Los políticos hemos demostrado que cuando se presenta
ante nosotros un enemigo común, también sabemos sumar.
No
obstante, la pandemia también ha servido para ocultar tras una
tupida cortina mediática las tremendas carencias de gestión de este
equipo de gobierno, que ha sido incapaz de sacar adelante inversiones
que estaban presupuestadas y que contaban con la correspondiente
financiación. Ya han pasado 18 meses desde las elecciones, tiempo en
el que el equipo de gobierno ha incrementado notablemente el gasto en
personal y corriente, sin que eso se vea reflejado en un mejor
servicio al ciudadano, si no que se lo pregunten a quienes quieren
ser atendidos en el SAIC.
Aquí
en El Puerto, seguimos con una terrible sensación de abandono, de
suciedad en las calles y de desidia municipal. Nuestro patrimonio
industrial languidece, y eso a pesar de que este año contaba con
partidas presupuestarias que no han sido utilizadas. Las inversiones
previstas en el pabellón, el instituto número 5 o en el casino
gerencia, se dejan para el próximo año, el Centro Especial de
Atención al Mayor que va en el economato tiene pinta de ser la mayor
tomadura de pelo de esta legislatura… El ayuntamiento ha dejado
caer en manos privadas la casa Noguera o la de Aznar (casa amarilla)
en la playa. Y así un largo etcétera que repetimos año tras año,
como si esto fuera el día de la marmota…
Le
deseo a todos los ciudadanos lo mejor para el año venidero, porque
el 2020 ya no tiene arreglo…
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