La hija de Esteban juega en uno de sus campos de Alboraya
El agricultor en uno de los huertos que tiene en Llíria La historia de Esteban Aguilar Carsí puede ser la de cualquier persona que haya optado por dedicar su vida al campo. Esteban tiene 39 años y estudió topografía, pero su amor por la tierra pudo más que cualquier otra opción profesional. Los recuerdos de su infancia lo trasladan a los campos de su padre o de su abuelo, ubicados en una de las huertas más productivas del mundo, en Alboraya. “Mi padre siempre ha sido agricultor. Desde que era muy pequeño iba al huerto con él y conforme fui creciendo lo ayudaba en las tareas habituales del campo”, cuenta Esteban, quien hace seis años decidió dedicarse a cultivar los huertos que heredó de su familia convirtiéndose en la tercera generación de agricultores.
Pero Esteban es plenamente consciente de que no va a tener relevo generacional ante el drama que vive el campo valenciano: “La gente joven huye de la huerta. La mayoría de las personas que la están trabajando son bastante mayores y, si las cosas no cambian, el campo desaparecerá. Podríamos ser el pulmón de Europa y estamos abandonados”.
Este agricultor tiene campos de cítricos en la localidad de Llíria, en la comarca de Camp de Túria, y los campos de Alboraya los dedica a la producción de hortalizas, verduras de temporada o al cultivo de la chufa. Mantener esta tierra no es tarea fácil. Además del duro trabajo que supone el día a día en el campo, los costes de producción son cada vez más elevados, lo que complica más si cabe la situación del sector. “Cuando mi padre se hacía cargo de las tierras era más fácil sacarles rendimiento. Ahora, los precios son los de hace 30 años mientras que los costes de producción han subido muchísimo”, relata este vecino de Alboraya, quien asegura que la angustia es constante entre todas las personas que tratan de sacar adelante sus cosechas.
Como muestra, Esteban explica que la última cosecha de cebollas que tuvo querían comprársela a 20 céntimos el kilo, mientras que en los supermercados esas mismas cebollas se estaban vendiendo al consumidor a dos euros el kilo. “Veo que mis productos me los están robando y es una impotencia terrible”, asegura.
Ante esta situación, Esteban decidió decir “basta ya” y se embarcó en un proyecto de venta directa. Así nace ‘Directodelcampo.es’, una plataforma de venta a través de la cual este agricultor puede hacer llegar sus productos directamente al consumidor. “Yo sé de tierras pero no de venta online, así que tengo que agradecer la enorme ayuda que he tenido de Raimon Moreno para poder sacar el proyecto adelante”, dice este agricultor para añadir que “yo aún puedo optar por esta opción, pero las personas mayores que trabajan nuestras huertas no tienen ni conocimientos ni posibilidad de hacer esto”.
Gracias a esta empresa, Esteban puede vender parte de su cosecha, totalmente ecológica, e incluso seguir invirtiendo en cuestiones como al agricultura ozonizada, un proyecto innovador en Valencia por el que está apostando con fuerza para seguir dedicando su vida a esa pasión que cultivó desde que era niño.
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