Davinia Bono Se acerca el 8 de marzo y, de nuevo, desde los diferentes partidos políticos que formamos parte de la corporación municipal realizamos valoraciones, balances, opiniones e incluso tratamos de llegar a un acuerdo unánime para poder aprobar una declaración institucional que, de alguna manera, nos represente. Tarea difícil pues algunos de ellos tratan de utilizar esta efemérides para imponer sus ideologías, sacar rédito político o incluso aprovechar el debate político para el ya conocido “ y tú más”.
Es una pena que fechas tan importantes como el “Día de la Mujer” no sirvan para unir en lugar de dividir. Sirvan para avanzar en lugar de retroceder o sirvan para sumar y no restar. Desde el Partido Popular siempre hemos apostado por el progreso de la mujer y la importancia que tiene su presencia en todos los ámbitos posibles. Tan importante es una mujer en el ámbito empresarial como en el sindical. Tanto en sectores culturales como deportivos. Tanto en asociaciones reivindicativas como en las más conservadoras.
Tras los cambios de mentalidad con respecto al papel de la mujer en el mundo moderno, los cuales obedecen a la transformación social a causa de los nuevos valores donde no hay ni roles predeterminados ni estereotipos en cuanto a los sexos, las opciones profesionales y oportunidades laborales a las que se puede acceder, la vida se llena de retos y nuevas metas para todos, a todo nivel, desde los aspectos medioambientales, políticos y económicos, hasta las relaciones interpersonales en la pareja, la familia y la sociedad en general.
A nivel de expectativas, que no son del todo ajenas a la historia y el papel tradicional femenino en la pareja, la maternidad y la vida del hogar, se suman las nuevas necesidades sociales que requieren que la mujer asuma un rol activo, comprometido y profundamente transformador ante la inoperancia y encrucijada que representa la realidad de hoy, la cual debe transformarse por el bien común.
Ya no se trata de ver nuestra labor en contraposición con la de los hombres, ahora debemos tomar parte en la creación de una nueva era para el ser humano, con el fin de establecer nuevas pautas que nos lleven al equilibrio, la paz y la armonía por un futuro mejor para todas las personas. El papel de la mujer ha sido siempre dar apoyo a otros y por su rol familiar es el pilar perfecto para las sociedades inclusivas donde se creen lazos de protección, soporte y ayuda. Cuando este aspecto se convierta en un objetivo que se realice conscientemente se estará creando un círculo de empoderamiento para todas en donde lo único que se requiere es expresarse libremente y escuchar a todas las personas, sea hombre o mujer, en la búsqueda de un mejor entendimiento que sea, a su vez, la nueva alternativa frente al cambio necesario.
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