Charo Reina. FOTO: EPDA Ayer se inauguró la FAC (Feria Asociativa y comercial de
Benetússer) y entre los actos programados destacaba el concierto de Charo
Reina. Con símil taurino, hubo lleno hasta la bandera y frente a un público
entregado durante dos horas y media esta show woman, desparramó por el
escenario todo tipo de artes escénicas de la confidencia al chiste, de la
poesía al canto, de la interpretación a la comunicación creando la química
perfecta.
Más allá de toda esta puesta en escena, existe una mujer que
te habla mirándote a los ojos entre sorbo y sorbo de café. Conversar con Charo
es fácil sabe acercarte para que atiendas y entiendas su punto de vista sobre
lo humano y lo divino, sobre los humanos y los “divinos” y sobre todo, de los
pilares en los que basa su forma de vivir, pocos convencionalismos y nada de
divismo, parece decir en cada frase “lo que ves es lo que hay” y hay mucho,
mucha experiencia y mucha sapiencia; me comenta que su tía Juanita Reina le
dijo una vez “niña, puedes soñar, imaginar y volar pero nunca levantes los pies
del suelo, se terrenal” y esta frase la ha llevado en ocasiones a ver más allá
del brillo inicial. Asevera, que en ciertos momentos de su vida se decantó más
por acercarse a quien quería que a quien debía, pero que eso le permite caminar
de frente sin bajar la mirada.
Agradecida hasta las trancas, se siente orgullosa de poder
interpretar un personaje dramático; es como si cada día se auto examinase de
reválida, quizás para marcarse una nueva meta.
Durante dos horas su expresividad, sus gestos y sus palabras
me han dejado entrever a una mujer con bastante sentido del humor, dispuesta a
cerrar o abrir puertas sin capitular en sus convicciones, tal vez porque sabe
que si capitulas en esto puedes perder tu propio norte.
Pero esta noche, solo he tomado café, un café con Charo
Reina.
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