Los sistemas políticos actuales se han visto superados por los acontecimientos, y son incapaces de hacer frente a la crisis y a sus dolorosas consecuencias. Mientras tanto, el poder, inmovilista como acostumbra a ser, lanza sus proclamas: “por mucho que hagáis, esto es lo que hay”. Frente a ello debemos plantear alternativas, y eso es precisamente lo que se hace en: UN ESTADO EVOLUCIONADO. La democracia ateniense revisada para el siglo XXI. Un libro que puede ser descargado gratuitamente, y en el que se mezcla la crítica a la política de hoy, con el diseño de un nuevo sistema que busca ir más allá de los actuales regímenes de corte representativo. Una democracia auténtica que se asiente en la participación popular, y que ésta recaiga sobre sus verdaderos dueños y no en los partidos. En cualquier caso, la mejor manera de presentar este tratado de teoría política es mediante la siguiente sinopsis:
Los verdaderos inventores de la democracia fueron los antiguos atenienses. Entonces, ¡qué mejor que acudir a ellos para reformular nuestro sistema político! Muchas personas piensan que éste debe cambiar, y que los partidos políticos se representan perfectamente a sí mismos, pero no ya a la ciudadanía. Por ese motivo, ¿por qué no pensar en nuevas formas de gobierno en las que éstos ya no estén presentes? Este libro aborda esa cuestión, y lo hace mediante la propuesta de un sistema democrático basado en órganos compuestos por personas y no por partidos.
El tratado que aquí se presenta, busca superar muchos de los inconvenientes presentes en los actuales sistemas. Para ello, se crearían nuevas instituciones, porque las presentes parecen diseñadas para desvincular la política de la gente. De esa manera, se podría evitar que el reducido grupo de personas, puestas por el partido de turno, tuvieran un poder casi absoluto. Problema que responde a que, ahora, la división de poderes solo existe en la retórica de estos personajes.
La tendencia al despotismo se puede frenar mediante la novedosa división de poderes que se presenta en este libro, que buscaría sustituir a la actual basada en los tres poderes clásicos (legislativo, ejecutivo y judicial). En este sentido, hay que volver a reivindicar la teoría política, ya que ésta ocupa un lugar insustituible en la reflexión precedente a cualquier cambio político. Ello lo saben bien, por ejemplo, los revolucionarios franceses del XVIII que leyeron el Contrato Social de Rousseau. Toda teoría política tiene su inicio, y ésta comienza aquí mismo.
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