Vicente Martínez, el "niño robado" de L"Eliana. //EPDASu vida costó unas 200.000 pesetas de 1972. Fue una transacción muy sencilla y relativamente corta, que hizo que un joven matrimonio pudiese tener entre sus brazos al hijo que tanto habían deseado y nunca podrían tener de forma natural. Gracias a los contactos de los que gozaba la pareja, dos religiosos, un cura y una monja les hicieron entrega del preciado trofeo y así pudieron continuar con una existencia que, a los ojos del mundo, fingieron que era feliz.
Este es el inicio de la historia de Vicente Martínez, un comercial inmobiliario de L’Eliana que, desde hace cinco años, su único objetivo es saber qué pasó en la Clínica de la Salud el día que nació (supuestamente el 14 de marzo de 1972), quién es su verdadera madre y los motivos por los que se deshizo de él. En definitiva, reescribir toda una vida que, hasta ahora, no ha sido del todo cierta.
Vicente se enteró de su verdadera identidad en 2010 cuando escuchó a unas vecinas chismorrear sobre él. “Las mujeres conocían cuál era mi situación real, sabían que era adoptado y conocían el trasfondo de mi historia y además, mi mujer siempre ha notado un trato distante de quienes son ahora mis padres hacia mí. Notaba indiferencia y eso hizo que me iniciase mi investigación”, relata el supuesto ‘niño robado’ vía e-mail.
El caso, según cuenta Martínez, está archivado en estos momentos, por orden de un juez. Las investigaciones están paradas. Unas investigaciones con las que pretende hacer justicia y que todo el mundo conozca los nombres de las personas que urdieron esta trama. Seghún el aboga de este vecino de L’Eliana, existen en España unos 300.000 casos similares “aunque yo sólo conozco 6 casos en Barcelona, Madrid, Burgos y Murcia”. Vicente narra que la monja que intervino en su ‘compra’ y el médico que asistió el parto de su verdadera madre, han fallecido. La Salud asegura que no hay archivos que certifiquen los nacimientos antes de 1978 y que el cura, está muy mayor y no recuerda mucho de aquella época. Vicente sólo posee unas pocas piezas de un puzle y que no encajan entre sí.
Desde que se enteró de todo, Vicente se siente “incompleto y extraño”, ya que “la vida que yo pensaba que era mía, resulta que, 38 años después, es todo una mentira y una farsa y que las personas que pensaban que me querían, me han mentido durante todo este tiempo. No sé si tengo más familia, no sé qué les puede pasar a pasar, genéticamente, a mis hijos. No sé nada sobre mí”, se lamenta.
Lo más complicado de todo, una vez que conoció el asunto sobre su nacimiento, fue que no sabía por dónde empezar a buscar. Vicente se encontró con infinidad de puertas cerradas y un vacío legal y administrativo que impide, en muchas ocasiones, dar ningún paso. Martínez asegura que las mayores trabas “me las he encontrado en las instituciones porque hay que dar mil patadas para conseguir entrar a un archivo o consultar un certificado. Pero soy muy obstinado y la burocracia no me va a parar”.
Pero a pesar de todo, Vicente no le guarda rencor a nadie y sigue con la esperanza de encontrar algún día a la mujer que le dio la vida. “Lo primero que haría sería darle un abrazo porque le estoy muy agradecido a esa persona por haberme dado la vida, por haberme proporcionado una oportunidad. Y después la acribillaría a preguntas”, confiesa desde L’Eliana.
Vicente es consciente de la dificultad que entraña su aventura y como él ha confesado en alguna ocasión, “es como encontrar una aguja en un pajar. Pero piensa seguir luchando hasta el final para conocer su verdadera historia y saber toda la verdad. Mucha suerte.
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