Amparo Sellés Los
afectados por este síndrome, conocidos como «alexes», somos
incapaces de percibir y expresar buena parte de nuestros
sentimientos. Los expertos aseguran que el problema surge por la
ruptura de comunicación en alguna parte de algún hemisferio del
cerebro, en mi caso está localizado en el lado izquierdo.
Pero
como en todo también tenemos nuestro lado positivo, «Al
carecer de memoria emocional, podemos aguantar mucho dolor y
enfrentarnos a experiencias desagradables»
El
sentir emociones, reconocerlas y experimentarlas,
tiene un alcance e importancia más amplios de lo que se suele
considerar, ya que estas fluyen en todos los aspectos psicológicos
del ser humano, tales como la memoria «que tanta falta nos hace,
sobretodo la histórica», raciocinio «véase españoles por el
mundo», la atención y el discernimiento al momento de tomar
decisiones «políticos corruptos, sinvergüenzas que solo se dedican
al y tú más y llenarse los bolsillos».
Ayudan
a determinar lo que es correcto y lo que no y caracterizan la
personalidad de los individuos,
según como éstos manejen la intensidad de sus sentimientos, así
como sus reacciones y actitudes ante ellos. El no poder identificar
ni interpretar emociones limita todas estas capacidades, ya que
dificulta que las persona reconozca lo que es adecuado para ella y
decida en función de ello, además de ser un obstáculo para
socializar debido a la imposibilidad de sentir empatía por el otro,
o ponerse en la piel del otro.
Como
en todo la alexitimia tiene grados no todos los que la padecemos
estamos al mismo nivel ni nos comportamos de la misma manera, a
muchos se les dificulta entender y sentir empatía o comprensión
ante las reacciones emocionales de los demás, «ese no es mi caso»
pero si el de muchos.
Sin
embargo, es importante aclarar que los alexitímicos no carecemos de
sentimientos y que si poseemos esta condición no significa que no
sintamos emociones. Lo que ocurre es que no somos conscientes de las
mismas, de cómo se presentan, no sabemos definir exactamente lo que
sentimos.
Para
los alexitímicos nos es difícil el controlar o limitar la
intensidad de nuestras emociones cuando son muy fuertes.
Es
necesario aclarar que no todas las personas que no expresan sus
emociones abiertamente, padecen alexitimia.
Hay
varias causas que determinan la alexitimia como la primaria y la
secundaria, yo me encuentro en la primera causada por un problema
neurobiológico, o daño a nivel cerebral, Epilepsia.
Muchos
no se encuentran clasificados en ninguna causa y les es producida por
una imbecilidad difícil de curar.
La
alexitimia no posee un diagnostico oficial ni se ha declarado como un
trastorno psiquiátrico, para un profesional del área puede
considerarse como una característica de la persona.
En
última instancia, quiero
hacer hincapié en que este síndrome «no provoca que los alexes
seamos personas crueles o egoístas,-que también los hay y muchos»,
una persona puede tener limitadas sus emociones sin ser por ello una
persona apática o insensible al mundo y situaciones que nos rodean.
Al
final todos tenemos corazón aunque a cada uno nos bombee a un ritmo
diferente.
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