Toni Quintana Espero y deseo que estéis tod@s bien y os mando, desde estas líneas que me ofrece el diario, un afectuoso abrazo virtual.
Seguimos en la fase de desescalada hacia una nueva normalidad, después de meses de sufrimiento, de pérdidas humanas irreparables y también de una recesión económica, causada por el confinamiento, que establece el estado de alarma.
Pero sin lanzar las campanas al vuelo ni que aparezca un ápice de mi optimismo “genético”, estamos mucho mejor que hace tan solo unas semanas, los números lo dicen, de tener tasas de contagios del 35% a estar en estos días entorno al 0,2%.
Y así deberíamos seguir, si cumplimos las recomendaciones del gobierno, que no son otras, que las de los expertos que llevan meses asesorando y estudiando cada decisión que se toma.
Digo esto, porque ver las imágenes de los últimos días, en barrios nobles, como el de Salamanca, en Madrid (donde se les supone además de un nivel económico alto, una buena formación académica y, por consiguiente, una excelente educación y un comportamiento como ciudadan@ ejemplar) me deja serias dudas de que no volvamos a caer en un repunte de contagios.
Alentados por la extrema derecha y permitido por la otra derecha, la que ha gobernado nuestro país durante casi 15 años. Hemos visto saltarse el confinamiento, las distancias entre personas, golpear con palos de golf las señales de tráfico o pasearse con el descapotable, bandera en mano, pidiendo la dimisión del presidente del gobierno.
Estamos viendo el acoso a ministros, pero no en el parlamento o en las sedes de sus ministerios, sino en sus propias viviendas, con sus familias dentro. Con cacerolas, sin ningún pudor, sin pensar que en barrios no tan lejanos a los suyos esas cacerolas seguramente estarán vacías de comida.
¿Y qué dice el PP? Que son legítimas y necesarias. Se equivocan profundamente, pues en el fondo, además de intentar tumbar un gobierno que democráticamente ganó unas elecciones, quieren desviar el foco de la gestión de quien tiene la responsabilidad de que continúen confinados en la fase 0.
Que Madrid continúe en la fase 0, no es responsabilidad de los madrileños ni madrileñas, es responsabilidad de quien les gobierna. La señora Ayuso, icono de la gestión de esta pandemia para su jefe Casado, no está cumpliendo los parámetros necesarios para pasar a la siguiente fase. Los centros de primaria, donde se están realizando los test PCR para hacer el seguimiento de los posibles contagios, continúan cerrados o con una lista de espera de semanas, la presión asistencial tanto en camas de planta como en UCI ha descendido bastante pero sigue siendo alto.
Un detalle, de esto ella no tiene la responsabilidad, es cierto, fue su antecesora, la señora Aguirre. Madrid está configurada como una unidad única de salud, por tanto no se puede desescalar por áreas de salud, como por ejemplo se hizo en nuestra comunidad. Y así someter a zonas y poblaciones pequeñas del mundo rural madrileño a continuar en la fase inicial de la desescalada.
Pero por desgracia, no solo se están viendo esas muestras de irresponsabilidad, insultos y amenazas en el barrio de Salamanca. Durante toda esta crisis sanitaria hemos sufrido en Chera los insultos y amenazas del portavoz del PP. No solamente al equipo de gobierno que es triste, nunca he entendido esa forma de hacer política y menos en estos momentos donde lo importante es salvar vidas humanas. Lo grave han sido los insultos hacia los cheranos y cheranas en general, llamándonos entre otras lindezas, pueblo de cobardes o de lameculos.
Soy consciente de que una gran mayoría de los vecinos que dieron su apoyo al PP, no están de acuerdo con sus representantes públicos. Esa forma de insultar al pueblo lo deslegitima para continuar como cargo público, al menos bajo las siglas de un partido político como el PP.
Si algo positivo vamos a sacar de esta pandemia sanitaria, es la generosidad de nuestros vecinos y vecinas, aparcando las ideologías y poniéndose al servicio del ayuntamiento. Para contribuir de una manera altruista a ayudar, cada uno como mejor pensaba o podía.
Mientras su portavoz en el ayuntamiento insultaba al equipo de gobierno y al pueblo en general, el resto se dejaba la piel para que nada fallara, para que no hubiera ningún contagio entre la población y ademas seguir gestionando el día a día en nuestros trabajos y vida personal.
Pese a todo esto, el Gobierno del España y el Gobierno de Chera seguiremos trabajando sin descanso, con aciertos y errores, soportando los insultos de quien no tiene mas que eso, el insulto y la descalificación personal. Pues sigo creyendo en la política para solucionar los problemas de nuestros vecinos y compatriotas.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia