Modesto Martínez. A buen seguro, los que sois aficionados, habéis oído o leído algo sobre PENTAURO - Plan Nacional de Fomento y Protección de la Tauromaquia -, un plan que intenta ser una hoja de ruta o una guía general para futuras actuaciones, siempre con respeto al ámbito de competencias de las diferentes administraciones. Un plan que, desde mi punto de vista, tiene muchas posibilidades y debemos, los aficionados, darle margen de efectividad antes de entrar a posibles críticas. Aunque, como en todo ya ha habido “videntes” que lo han criticado y han vaticinado su dudosa efectividad. Pero bueno, de momento van por delante las intenciones que nadie queremos que se queden en eso. Unas intenciones que, previo a la aprobación de Pentauro, ya se vieron con la reactivación de la comisión nacional de asuntos taurinos que no se reunía desde 1998, así como dotar a la misma de mayor funcionalidad.
En mi opinión, la legislatura pasada se llevó a cabo el traspaso de competencias de Interior a Cultura y, este era el paso que faltaba: el nacimiento desde el ministerio de Cultura de un plan creado para defender la tauromaquia que, pese a quien pese, es cultura.
Al principio, cuando leí el plan me quedé un poco perplejo. Hablaban de tauromaquia, de fomento, de protección, pero de los festejos populares muy poco, por no decir casi nada. En su momento, desde la federación de peñas de bous al carrer, se remitió una carta dirigida al ministerio defendiendo la importancia de los festejos populares dentro de la tauromaquia y por ello deberían estar dentro de cualquier plan. La cual fue muy cortésmente contestada y, no solo eso, poco tiempo después nombraron a la federación como miembro de la comisión de trabajo nacional sobre festejos populares.
En ese momento, te alegras doblemente. Por un lado, los festejos taurinos populares están ahí, donde se merecen, y por otro, los aficionados de la Comunitat también, algo bien estaremos haciendo…
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