Venezuela Ambiental. A propósito de
los 25 años de la organización Azul Ambientalistas el 01 de septiembre
de 2011, que se ha convertido en referencia en el Occidente de
Venezuela, es apropiado hacer una revisión histórica del movimiento
ambiental en este país suramericano.
En Venezuela se
puede considerar como organizaciones pioneras en el área ambiental,
ecológica o conservacionistas a la Sociedad Venezolana de Ciencias
Naturales (1929), la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle (1940), la
Fundación Phelps (1949) y la Fundación La Salle de Ciencias Naturales.
Todas ellas se dedicaron al estudio, investigación y conservación de
especies naturales propias de este país. No tenían la intención, en ese
momento, de sensibilizar o concientizar a la población de la
importancia del medio ambiente en la vida del ser humano.
En las décadas
siguientes no cambio mucho el carácter conservacionista y de
investigación del movimiento ambiental venezolano, aunque no se debe
desmeritar los aportes del mismo hasta ese momento. La importancia que
tomaron los parques nacionales en Venezuela fue inculcada por estas
organizaciones, gracias a los aportes que dieron para resaltar la
importancia de conservar estos espacios naturales. Las organizaciones
más resaltantes en esa época fueron la Fundación Científica Los Roques
(1963) Audubon de Venezuela (1970) la Sociedad
Ecológica-Conservacionista de Aragua (1972) y la Sociedad
Conservacionista de Sucre (1975).
Pero todo
cambio en la década de los 80’s, ya las acciones de Greenpeace y Amigos
de la Tierra estaban repercutiendo en el mundo y las personas veían con
mas preocupación la degradación de la naturaleza y lo importante que es
tomar acciones al respecto. En Venezuela comienza el activismo
ambiental distinto a lo científico-conservacionista, y posa su mirada
hacia problemas más cotidianos y que muchos venezolanos viven día a
día. En este periodo nacen organizaciones como la Sociedad Amigos del
Arbol-SADARBOL (1984), Azul Ambientalistas (1986), Provita (1987) y la
Sociedad Científica Amigos del Parque Nacional Henri Pittier (1988).
Ya en la última
década del siglo XX y la primera del XXI, la creación de organizaciones
ambientales, ecológicas y conservacionistas se dispara
exponencialmente. Esta situación es gracias a la madurez del discurso y
el agotamiento político-ideológico del Estado Interventor y Benefactor
en esta materia. Además que se celebraron en 1992 y 2002 importantes
cumbres sobre el medio ambiente que impulso con fuerza la
concientización adecuada para organizar a la ciudadanía alrededor del
ambiente y el público en general comenzó a exigir medidas ambientales
para sus problemas cotidianos. Para estas décadas nacen la Fundación
Tierra Viva (1992), el Programa Andes Tropicales (1995), la Fundación
Agua Clara (2000), Bioparques (2002), la Fundación La Tortuga (2000) y
la Sociedad Venezolana de Derecho Ambiental (2007).
Los aportes han
sido innumerables, desde resaltar la importancia de la conservación de
la naturaleza, hasta los diagnósticos ambientales de Venezuela, pasando
por los significativos aportes en la Educación y Gestión Ambiental,
Comunicación Ambiental, Legislación Ambiental, y un largo e incontable
etcétera. Pero sin duda los grandes retos del movimiento ambiental
venezolano para que afronte los retos que se le presentan son la falta
de presupuesto, personal insuficiente para sus labores y la poca
cooperación entre las instituciones.
Ojala que en
las décadas que vengan se vea un movimiento ambiental venezolano
superando estos retos y maximizando sus virtudes y logros. No queda
otro camino ante una ciudadanía consciente de su realidad ambiental y
un Estado empeñado en basarse en una economía minero-extractiva con
énfasis en la explotación del petróleo y de otros recursos naturales no
renovables.
*ANCA24
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