Material incautado por la Guardia Civil a un vecino de Alcoy en una de las dos intervenciones en esta localidad. Foto: EFE Según ha
explicado la Guardia Civil en un comunicado, los primeros hechos se remontan a
2017, cuando se produjo el envenenamiento de una perra cuando el animal paseaba
por una partida del término municipal de Alcoy en compañía de su dueño.
Posteriormente,
en noviembre de 2019, ocurrió "otro episodio similar", con la
aparición de cebos envenenados y la muerte de un gato, un zorro, dos ratones y
una garduña.
Finalmente,
en julio de este año aparecieron nuevamente cebos envenenados, que causaron la
muerte de un jabalí, un gato y un zorro.
Tras una
"ardua investigación" por parte de agentes del Servicio de Protección
a la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Ibi y la agente medioambiental
adscrita a la comarca de l’Alcoià, se identificó y localizó al presunto autor
de estos hechos.
Concretamente,
se encontró en el garaje de un vecino de Alcoy dos botes con la sustancia usada
supuestamente para envenenar los cebos: el Aldicarb, un plaguicida cuya
tenencia y utilización se encuentran prohibidas, al ser considerado como un
residuo peligroso y tóxico para la salud humana y para el medio ambiente.
También se hallaron cuerdas supuestamente utilizadas para anudar los cebos.
Los agentes
decidieron entonces instruir diligencias de investigación a este hombre, de 76
años, por la presunta comisión de un delito continuado relativo a la protección
de la flora, fauna y animales domésticos, lo cual puede conllevar una pena de
prisión de cuatro meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses, así
como la inhabilitación para el ejercicio del derecho a cazar o pescar de uno a
tres años.
Por otra
parte, también el SEPRONA de la Guardia Civil de Ibi, esta vez en colaboración
con la Unidad Canina de Detección de Venenos de la Guardia Civil de Valencia,
han localizado e intervenido en un inmueble de Alcoy una "importante
cantidad" de productos fitosanitarios de uso prohibido, 2 jaulas-trampa
para la captura de animales, 16 cepos de distintos tipos, 2 carabinas de aire
comprimido y una pistola.
Las
jaulas-trampa, como los cepos, son considerados, por la Ley 42/2007 del
Patrimonio Natural y de la Biodiversidad como "métodos masivos o no
selectivos, y su uso para la captura de animales se encuentra prohibido",
según ha recordado la Guardia Civil.
En cuanto a
las armas intervenidas, carecían de documentación o licencia de armas
necesaria.
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