Manuel Miguel Sánchez Pérez, un vecino de Paternat, ha sufrido, como miles de vecinos de Lorca los terribles momentos del terremoto de esta localidad murciana y el sufrimiento de los días de después. Pero Manuel lo hizo en primera persona, ya que este vecino del barrio de Campamento de Burjassot tuvo que irse a vivir allí hace cinco años por motivos laborales.
La familia de Manuel tuvieron que dormir al raso en un descampado próximo a su vivienda la noche del terremoto, sus dos hijos, Alejandro y Carlos, uno de ellos de 11 años, inició los estudios en el Liceo Hispano del barrio antes de su ida, la pasaron en los asientos del vehículo de la familia.
Sus padres que viven en la calle Joan Magal Benzó, han pasado con preocupación todos los acontecimientos desde el inicio de la tragedia, es ahora cuando pueden respirar tranquilos. La vivienda de su hijo ha sido marcada de verde, habitable, pero ha sufrido muchos desperfectos que tendrán que reparar.
La normalidad tardará mucho en volver a Lorca, igual que para familia Sánchez. Todavía, por ejemplo, no saben cuando se reanudarán las clases para los niños, pero ellos, dentro de la cruel tragedia, han tenido suerte, están todos bien, tienen su hogar para vivir y mandan un saludo a los vecinos y amigos Campamento que todavía los recuerdan.
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