El diputado Toni Gaspar y la alcaldesa Luisa Salvador, en la celebración de Sant Pere. EPDA
Durante todo
el fin de semana, El Puig de Santa Maria vivió al máximo su fiesta
grande; la del homenaje a Sant Pere,
patrón del municipio. Durante tres
intensos días, una bulliciosa feria tomó la explanada del Real Monasterio y
el domingo, las calderas de arrós amb fesols i naps, empaparon de olor
a tradición el histórico municipio, antes el cant
d’estil y la dansà llevó a la degustación de la olla de Sant Pere, preparada
con mimo por los Clavarios. Cerca de 100 personas realizaron la tradicional
dansà, una cifra nunca vista hasta ahora.
Este
año participaron, como siempre, los
alumnos de las escuelas de cant d’estil
y, como novedad, el nuevo grupo de dansa
local y el recién creado de cuerda de La Marina. “Estoy muy orgullosa de que,
por primera vez en muchos años, haya una representación de las escuelas de
cuerda y dansa de El Puig, junto a la
de cant d’estil, en esta muestra de cante y baile tradicional valenciano tan especial
y que hace aún más completa nuestra fiesta”, aseguró la concejala de
fiestas, Maite Sánchez.
Cuenta la historia que, a finales de agosto
de 1237 San Pedro Nolasco, fundador de la orden de la Merced, descubrió en la
cima de la colina, bajo una campana, la imagen de la Mare de Déu. En 1.238 se
erige, por orden de Jaime I, la iglesia de Santa Maria en conmemoración de la
batalla que permitió el asedio de Valencia y en el año 1.300, el almirante
Roger de Lauria inicia la construcción del majestuoso Monasterio.
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