LA UNIÓ
de Llauradors solicita al Gobierno español que impida en Bruselas la aprobación
de una directiva europea por la cual podría desaparecer el gasóleo agrícola a
partir de 2013, justo en estos momentos cuando su precio se sitúa en máximos
históricos y cuando la crisis es más grave en el campo.
En los últimos
días ha trascendido que la Unión Europea tiene previsto modificar la Directiva
de Impuestos sobre los productos de Energía y Electricidad, a instancias de
Alemania y otros países, y eliminar de este modo la reducción de los módulos
fiscales que ahora posee el gasóleo agrícola. Se pretende así armonizar los
impuestos especiales sobre la energía y eliminar la situación ventajosa del gasóleo
agrícola que es más barato que el de automoción porque está menos gravado con
impuestos. Este grupo de países encabezados por Alemania quieren suprimir
cualquier tratamiento de impuestos reducidos sobre el gasóleo o fertilizantes y
proponen una política fiscal mediante tasas verdes, es decir, por emisiones de
CO2.
La
posibilidad de que el carburante que utilizan los agricultores y ganaderos
se equipare con el que se emplea en la automoción puede llevar a que miles de
explotaciones de la Comunitat Valenciana tengan serios problemas de
rentabilidad.
A juicio
de esta organización la medida podría ser otro serio golpe a las mermadas
rentas de los agricultores valencianos. Para Ramón Mampel, secretario general
de LA UNIÓ: “El sector agrario no sería capaz de soportar que el carburante que
emplea se equipare en valor al de automoción, por eso aprobó el gobierno en su
día la puesta en marcha del gasóleo profesional.
Sin embargo,
no sólo no se ha puesto en marcha, sino que además pretenden subir los
impuestos más” .
LA UNIÓ
ha reclamado en infinidad de ocasiones al Gobierno que cumpla con la promesa
realizada de poner en marcha un gasóleo profesional para el sector agrario. A
estas alturas, resulta sospechoso que no conozcamos la postura del gobierno
español al respecto, a diferencia del gobierno alemán que sí se ha pronunciado
ya a favor de equiparar el agrícola con el de automoción.
La
amenaza de esta decisión se cierne sobre unos profesionales a los que cada vez
les cuesta más dinero llenar el depósito de gasóleo de su tractor y maquinaria
agrícola a tenor de los máximos históricos en los que se encuentra en estos
momentos.
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