Sergio Muniesa.El
paso del tiempo nos hace tomar distancia y perspectiva de lo que ha
pasado, y la respuesta, a esta emergencia sanitaria, no ha ido bien.
No
saber con certeza, a estas alturas, cuantos afectados y fallecidos
por COVID 19 hay en nuestro país, cuando o como se va a realizar el
¨desconfinamiento”, ni como ni cuando vamos a salir de la
hibernación de la economía, son las consecuencias.
La
pandemia ha ido por delante de la capacidad de reacción del gobierno
socialista de Pedro Sánchez pese a su empeño de querer construir un
relato de eficacia, cuando España es el país con más fallecidos
por coronavirus en relación con su número de habitantes.
La
realidad nos enfrenta a que hoy, otros países, empiezan a retomar su
actividad habitual con un número inferior de días de confinamiento
y de fallecidos, mientras aquí, seguimos hibernando.
Portugal
ha tenido en toda la pandemia, 785 víctimas frente a los cerca de
22.000 de nuestro país, cuando además compartimos frontera. Países
como Austria, Grecia o Dinamarca han derrotado la epidemia con menos
fallecidos que los que se han producido en nuestro país en un solo
día.
No
son afirmaciones que pretendan molestar a nadie, simplemente es
necesario que nos preguntemos por qué tenemos una proporción de
fallecidos más alta que los demás países.
Y
no solo es una cuestión de compararnos con países, sino que
informes internacionales afirman que somos el país que peor ha
gestionado la crisis, cuando desde aquí, el gobierno se empecina en
hacernos creer que es algo global, pero no son capaces de justificar
el por qué aquí la pandemia arroja esta realidad.
Refleja
lo que ha habido y lo que hay, tardanza, retraso, desesperación,
descontrol, … En la adopción de medidas como iniciar el
confinamiento, en el cierre de fronteras, en la compra de
mascarillas, en generalizar el uso de test rápidos, …
Y
las consecuencias las conocemos, 40 días de encierro, desconcierto a
la hora de tomar decisiones, el cierre de la economía donde las
consecuencias a modo de ERTEs y desempleo empieza a generar una
situación de desamparo y todo unido demuestra, todo lo que nos esta
pasando.
Tenemos
que afrontar una pandemia, no una guerra. Debemos dar lo mejor de
nosotros ante una de las mayores pruebas a la que nos hemos
enfrentado como país, en la que nadie va a ganar porque todos hemos
perdido y de la que solo saldremos fuertes, si todos lo estamos.
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