Hoy
hay evidencia científica de que las personas que sonríen tienen más
éxito social y profesional. Pero, contrariamente a lo que se pueda
pensar, sonreir no es sólo una cuestión de felicidad, sino de
seguridad; una seguridad que se transmite a través de la expresión
facial y genera atracción entre las personas que le rodean,
provocando efectos positivos ya sea durante una reunión de trabajo o
un encuentro con amigos.
El
secreto de ello está, más que en la belleza, en la espontaneidad
que se esconde detrás de una sonrisa sincera. Sin embargo, esta
naturalidad puede verse coartada por la existencia de complejos
relacionados la estética y la armonía de la sonrisa, que hacen que
ésta se esconda o disimule para que no sean apreciados por los
demás.
En
este sentido, los principales motivos de complejo entre quienes
ocultan su sonrisa hacen referencia al color o a la posición de los
dientes. Asimismo, el tamaño de los dientes, demasiado grandes o
demasiado pequeños, la presencia de espacios interdentales
(diastemas) o la excesiva exposición de las encías son otros
aspectos que llevan a muchas personas a no sentirse cómodas con el
aspecto de su sonrisa.
Tal
como explica el Dr. Primitivo Roig, director de dentalDoctors
Centro Odontológico VLC,
“afortunadamente, la Odontología ofrece hoy en día soluciones
para todos estos casos y los avances de los últimos años ponen a
nuestro alcance técnicas y procedimientos que permiten solucionar
los defectos estéticos de una forma más rápida, menos invasiva y,
por tanto, más confortable para el paciente”.
Para
el director de dentalDoctors, “lo más importante para “mejorar
todavía más la sonrisa de una persona es poder conocerla bien,
escucharla y saber qué es lo que espera realmente”. “Sólo de
este modo podemos proponerle la solución más adecuada y conseguir
su colaboración para que el tratamiento tenga el éxito deseado”,
asegura.
El
motivo de ello se encuentra en el alto componente emocional de estos
tratamientos, no tanto por su desarrollo sino por las consecuencias
que tiene para el paciente su consecución final. Y es que, según
explica el doctor Roig, “resulta muy gratificante comprobar cómo
la Odontología puede cambiar la actitud de alguien sólo por el
hecho de mejorar su sonrisa; y ver como este impacto positivo alcanza
a toda la persona, más allá de su boca”.