Las empresas recurren cada vez más a los servicios de profesionales independientes. Estas colaboraciones se llevan a cabo para realizar tareas concretas cuando la empresa no dispone del personal especializado adecuado o bien de recursos para nuevas contrataciones.
El papel de estos profesionales está adquiriendo cada vez más protagonismo debido a su flexibilidad y adaptación, y se está convirtiendo en un elemento clave en la estrategia de recursos humanos de muchas empresas.
En la actualidad, existen muchas maneras de encontrar estos perfiles. Una de las más sencillas es a través de empresas de freelance, puesto que garantizan una contratación inmediata, flexible y segura. Elegir siempre conlleva ciertas dudas y nadie te garantiza que escojas a la persona que se adapte perfectamente a tu proyecto. Pero hay algunos aspectos que debes tener en cuenta a la hora de contratar un freelance para así aumentar las posibilidades de éxito.
Puntos a considerar para contratar un freelancer
Define tu objetivo y analiza a los candidatos
Concreta la necesidad que tiene tu empresa y las habilidades que debe tener el profesional ideal. Una vez publicado tu proyecto, recibirás distintas propuestas. Evalúa y compara sus perfiles, sus testimonios y las ofertas. También es conveniente revisar el porfolio de cada uno para ver sus trabajos previos.
Contratar a un profesional independiente requiere poder confiar en él. Presta atención a sus respuestas y actitudes. Escoge aquel en el que sientas que puedes delegar tu proyecto con total tranquilidad.
Diferencias culturales y horarios
Una particularidad del trabajo freelance es que encontrarás profesionales de todo el mundo. Es probable que el talento que buscas viva en un sitio muy alejado del tuyo.
Aquí tendrás que considerar las ventajas e inconvenientes que pueden surgir por las diferencias de idioma y horarios entre países. Por ejemplo, si vas a trabajar con un grupo multicultural y necesitas que se conecten a una determinada hora del día, ten en cuenta los diferentes husos horarios. Por otro lado, algunos empresarios prefieren contratar trabajadores que realicen sus acciones en diferente franja horaria a la de sus clientes, de esta forma todo lo que surja en un huso horario será resuelto en el siguiente.
Establece las pautas del proyecto
Mantener una comunicación fluida y clara con tu freelancer es fundamental. Define con precisión las expectativas generales, los detalles del trabajo y lo que esperas de él. Si fuera necesario, establece una frecuencia de contacto para aclarar dudas.
Plazos del encargo
Es importante definir con exactitud el momento de entrega del trabajo. De esta forma te aseguras que el resultado se obtenga en el plazo que necesitas.
Piensa si tu proyecto es urgente o existe cierta flexibilidad para acordar una fecha límite con el profesional.
Apela a la negociación
Llegar a un acuerdo con tu profesional es primordial. Fija las expectativas, las obligaciones y los compromisos de ambas partes para alcanzar un acuerdo. La idea es que todos se sientan a gusto con la colaboración.
Establece la forma de pago
Esta modalidad dependerá un poco del tipo de trabajo que ofrezca el profesional. Sin embargo, en las plataformas más comunes que establecen relaciones entre empresarios y freelancers, el desembolso por el trabajo solicitado se realiza por adelantado a la plataforma. Una vez aprobada la labor realizada, la plataforma paga al freelancer. Así, la persona que contrata el servicio tendrá la garantía de que no se realizará el pago hasta que el trabajo sea entregado y validado.
Además, en algunas ocasiones es difícil calcular el tiempo necesario para realizar un trabajo determinado. Si este es el caso y además se dispone de un presupuesto ajustado, es recomendable, para mayor tranquilidad, establecer de antemano el precio final del encargo.
Acuerdo confidencial y propiedad intelectual
Algunas empresas prefieren que su proyecto se mantenga de forma anónima. Si lo crees prudente, solicita a tu profesional que se comprometa a cumplir con esta cláusula confidencial a través de un escrito. Recuerda que un freelance es una persona externa a tu empresa que, incluso, puede realizar servicios para la competencia.
Por otro lado, determinadas actividades requieren un trabajo creativo por parte del profesional. Estas pueden estar sujetas a la Ley de Propiedad Intelectual. Por ejemplo, la redacción de una novela o el diseño de un dibujo.
Si piensas que es necesario, pide a tu freelancer que ceda los permisos de autoría y de explotación. Esto significa que su nombre y el trabajo realizado no podrán ser utilizados para obtener un provecho comercial.