Joan Ribó, Sandra Gómez y Maria José Catalá coinciden en un acto del Ayuntamiento. EFE/Archivo València cumple este viernes 40 días sin gobierno municipal desde la celebración de las elecciones del 26M después de que Compromís y PSPV-PSOE hayan sido incapaces de llegar a un acuerdo para conformar un ejecutivo de coalición de izquierdas y hayan puesto de manifiesto reiterados desencuentros y desconfianza entre ellos.
Joan Ribó fue reelegido alcalde el pasado 15 de junio con los votos de los diez concejales de su partido, Compromís, por primera vez la fuerza más votada en la ciudad, y los siete del PSPV-PSOE, que renunció a presentar una candidatura, lo que dio la mayoría absoluta (17 de 33 concejales) al bloque de izquierdas frente al de derechas.
Pese a ese entendimiento, once reuniones después de la comisión negociadora, ambas formaciones han mostrados más diferencias que acuerdos, primero sobre cómo y cuándo empezaba la negociación y después, sobre la estructura del nuevo gobierno de coalición, además de cruce de acusaciones de falta de lealtad y desconfianza.
Compromís y PSPV empezaron oficialmente las negociaciones el 7 de junio, poco después de una breve reunión entre los líderes de ambas formaciones, Joan Ribó, y Sandra Gómez, en el teatro Rialto, con la que escenificaron el principio del acuerdo y que ha servido a la oposición para calificarlo de "comedia".
El lunes siguiente a las elecciones Ribó afirmó que todo estaba "por discutir" con el PSPV y ni siquiera tenían un calendario pero daba "por supuesto" un nuevo acuerdo, lo que hacía prever que todo estaba encarrilado para reeditar el pacto de la Nau firmado en 2015, pero sin Podemos, que se quedó sin representación municipal.
Pero nada más lejos de la realidad, porque Gómez anunció una reunión con el alcalde electo ese jueves para empezar a negociar pero desde el Consistorio dijeron que ese encuentro se enmarcaba en una ronda institucional de contactos con todos los partidos con representación en el Ayuntamiento.
Y ese fue el detonante. Gómez, que ya había reclamado un "liderazgo compartido", creía que debía reunirse con ella primero y lamentó que su primera foto en alcaldía tras ganar las elecciones fuera con el PP, lo que calificó de "falta de respeto" y rechazó ir a esa cita.
Iniciaron un cruce de declaraciones y mientras el PSPV reclamaba "responsabilidad", Ribó achacó esos desencuentros a un "error de interpretación".
Ambos partidos propusieron empezar a hablar la semana siguiente, pero mientras Compromís apuntó al miércoles, el PSPV planteó que fuese cuando Ribó y Gómez se hubieran reunido. Finalmente, ese encuentro fue el viernes 7 de junio.
Doce días desde las elecciones tardaron en empezar a negociar y en los siguientes 28 todavía no han conformado gobierno y se han sucedido las críticas cruzadas, especialmente por la petición socialista de una vicealcaldía para Gómez y la negativa de Compromís, al considerar el propio Ribó que era "absolutamente innecesario".
Compromís sostiene que ha renunciado a su "modelo gerencial" y ha cedido en muchas exigencias del PSPV, mientras los socialistas plantean un modelo "a imagen" del Botánic, pactado por ambos partidos, y que supondría una toma de decisiones conjunta sin estar subordinados, como a su juicio, quiere la coalición de Ribó.
El PSPV-PSOE ofreció a Compromís la presidencia permanente del Ayuntamiento a cambio de la vicealcaldía aunque han insistido en que las diferencias son más de fondo y mientras los primeros dicen que todavía "hay mucho que hablar" del programa, los segundos aseguran que está "prácticamente cerrado".
Y las diferencias se mantienen, tras la que fue la décima reunión de la comisión, Compromís vio "avances" mientras el PSPV advertía "escollos" porque los modelos de gobierno de coalición que entiende cada partido son "muy diferentes".
Ese día, el PSPV denunció que Compromís y PP negociaban de forma paralela la organización del ayuntamiento de València, para facilitar un gobierno en solitario, lo que calificó de "engaño", aunque tanto la coalición que lidera Ribó como los populares lo desmintieron.
Al día siguiente se llegó a la undécima reunión de la mesa negociadora y tras la misma Gómez ofreció una rueda de prensa en la que aseguró que "nunca" romperían las negociaciones pero reclamaban a Compromís "sinceridad, confianza y lealtad".
Y la respuesta de Compromís no tardó en llegar en forma de comunicado, en el que pedían lealtad al PSPV mientras negociaban, recordaban sus cesiones y les acusaban de querer reventar las negociaciones con sus comunicados "incendiarios".
Tres días después de ese rifirrafe, Compromís y PSPV siguen alejados en sus posturas, aún no han vuelto a quedar y la cuenta atrás está en marcha para el pleno extraordinario de organización, el próximo 17 de julio, cuando ya debería haber un gobierno en València: en coalición o en solitario.
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