Pepe Gosálbez. EPDA La continua hemorragia de delincuencia, inseguridad, botellón, colapso circulatorio, colapso de los servicios sociales e inversiones dinamitadas ponen en evidencia un hecho contrastado: Valencia se desangra. Se desangra ante la pasividad de un gobierno socialcomunista que agoniza, con sus últimos estertores en una lucha encarnizada, y ya “vox populi”, por amortiguar el coste electoral que sus “rivalidades” puedan trasladar.
Cada uno tira hacia un lado. Ninguno hacia Valencia. Lucha de egos desmedidos, incompetencias, imputaciones..., el gobierno del Cap i Casal está minado, la bomba expansiva más pronto que tarde terminará por estallar y el momento del “sálvese quien pueda” no dejará ni un valenciano por tocar.
Valencia, agonizante. Valencia, nuestra tierra, aguanta las embestidas de un gobierno que se ha propuesto acabar con sus fortalezas, despreciar sus oportunidades, potenciar sus debilidades e incrementar sus amenazas.
Valencia, nuestra tierra, está herida, herida por unos gobernantes que en seis años nos han convertido en todo un referente nacional en hambre, ruina, miseria y destrucción. La delincuencia se ha incrementado el triple que la media nacional. Un 39% más que hace un año. Un fracaso del Sr. Ribó.No debemos olvidar que la “era Ribó”, su pésima gestión, ha supuesto perder casi 200 Policías Locales desde que es alcalde. Ni queriendo se puede hacer peor. Otro fracaso.
Los servicios sociales, los que se ocupan de los más necesitados, colapsados, desbordados, sin llegar a los que más lo necesitan. Otro fracaso del alcalde.
Nuestra lengua valenciana, nuestras fiestas y tradiciones: las Fallas…, atacadas, masacradas y abandonadas por la coalición catalanista Compromís que prefiere mirar al norte de la comunidad Valenciana que mirar por los valencianos. No tuvo el valor de defender nuestras Fallas de la intromisión pancatalanista. O prefiere “colocarnos” una falsa tradición: las reinas magas. Una vergüenza. Es un gobierno de cobardes.
Tiempos mejores están por llegar. Nuevos aires soplan ya en el horizonte. La agonía se vislumbra. Se palpa. Se presiente. Pero por el camino ¿cuántos valencianos caerán?. ¿A cuántos habrá dejado atrás el Sr. Ribó?. Recuperar nuestro lugar dentro de España, apoyar nuestra historia, cultura y tradiciones locales, reforzar nuestro tejido productivo, gestionar con eficiencia y eficacia y devolver nuevas glorias a Valencia, y a España, es nuestra meta a alcanzar.
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