Chelo Poveda. /EPDA Desde que la militancia de Podem València me prestó su confianza para ser la portavoz municipal he tenido una obsesión, que esta ciudad juegue el papel que le corresponde como tercera ciudad del país y que aborde los problemas que la atraviesan con la importancia que se requiere. Valencia, desde que la ciudadanía desalojó al PP ha mejorado, por fuerza debía ser así al echar a la cleptocracia que paseaba intereses de los poderosos y comisiones en B por el cap i casal. Sin embargo nuestra ciudad sigue afrontando retos enormes a los que hay que dar solución.
Todo el mundo reconoce una enorme desigualdad entre el centro y los barrios periféricos. No es lo mismo nacer, crecer y vivir en Colón o en la Plaza de España que nacer, crecer y sobrevivir en los barrios desprovistos de las infraestructuras necesarias y lo que es más importante, en los barrios en los que la actividad económica está congelada. Algunos barrios además enfrentan problemas con las drogas, o con viviendas y solares en semiabandono. Es importante cambiar la forma en la que nos movemos en la ciudad, pero todavía es más importante mejorar los barrios en los que hacemos nuestra vida cotidiana.
Necesitamos una ciudad que afronte con la importancia que merece la desigualdad. No todo es urbanismo (aunque también el urbanismo deba ser replanteado conforme al siglo XXI).
Echamos de menos debates municipales para abordar la injusticia social y que construyan de forma colectiva una ciudad a la altura de su ciudadanía. Todavía hoy los servicios sociales son débiles e infradotados;todavía hoy el CIE sigue abierto y pese a no ser competencia municipal es un aspecto que debemos seguir denunciando, más todavía cuando las condiciones de quiénes allí están prisioneros son paupérrimas (hay que recordar que no han cometido delito alguno y son privados de su libertad por asuntos administrativos).
Hay otros aspectos fundamentales que deben abordarse. Valencia es una de las ciudades con menos vivienda social municipal y lo más sangrante es que hay ejemplos y herramientas para cambiar esta situación. La Barcelona de Colau se ha puesto las pilas con vivienda; Berlín, por ejemplo, compró 6.000 viviendas para alquiler social en 2019; y aquí, la Conselleria que dirige nuestro compañero y Vicepresident Héctor Illueca ha puesto la herramienta del tanteo y retracto para la compra vivienda y está adquiriendo vivienda en toda la comunidad. El Ayuntamiento de Valencia debe dar el salto social y elevar la política de vivienda a un primer plano. Para eso, para situar a la política de vivienda con la importancia que nuestra ciudad merece, es necesario cambiar la correlación de fuerzas y dejar de hablar de urbanismo y de PAIs al servicio de las grandes constructoras y bancos y hablar y hacer política para dar satisfacción a las necesidades de la gente. Más de 2000 personas en lista de espera solicitando vivienda social municipal.
Además es necesario que nuestro municipio alce la voz. Las competencias municipales son un batiburrillo que sufre la ciudadanía y la autonomía fiscal para recaudar y financiarse tiene serías limitaciones que constriñen la capacidad de acción de la institución que más cerca está de la gente y que por desgracia está lejos de ser cercana.
Nuestra ciudad debe liderar debates públicos, debe alzar la voz, debe llevar a todos los rincones los problemas de la gente y empujar para las soluciones incluso de aquellas políticas que no dependen de sus competencias. Insisto en el cierre de los CIEs, quiero poner sobre las mesa también la derogación de la Ley Mordaza, la necesaria Ley de Vivienda que el PSOE siempre frena, la necesidad de atención primaria sanitaria y la necesidad de dentista y oculista público para que la gente en los barrios pueda arreglarse la boca y comprarse las gafas nuevas que necesitan.
Hay que poner sobre la mesa la necesidad de que algunos servicios se presten con dignidad y atención humana, como los bancos que recortan en personal y digitalizan sus servicios dejando fuera a buena parte de la gente y especialmente a la gente mayor.
La política municipal no solo es urbanismo, es defender a la gente. La política municipal es darle importancia a nuestra ciudad y a las personas que aquí vivimos y a las que vivirán (dejando también un patrimonio ecológico en perfecto estado y una ciudad habitable). Para todo ello es necesaria la fuerza de Podem València, para todo ello es necesaria la fuerza de la gente que quiere cambiar el mundo y la ciudad. Para esto trabajamos, y con Podem, ¡sí se puede!
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