Manifestación contra los asesinatos machistas. EFE/Julio Muñoz/Archivo La
Audiencia de Alicante ha condenado a 20 años de prisión al acusado de asesinar
a su esposa por una decena de puñaladas con un cuchillo doméstico en el garaje
del domicilio en el que habían convivido durante los 24 años de matrimonio, en
el municipio de Elche (Alicante), donde ejercía un gran dominio sobre la
víctima hasta el punto de prohibirle comprarse un ordenador.
Un
jurado popular declaró al procesado, de 53 años, culpable del delito que se le
imputaba a la conclusión del juicio que se celebró entre el 1 y el 4 de
diciembre.
La
sentencia, dictada el pasado día 14, concreta ahora los términos de su condena
después de que el jurado considerase probada la autoría de los hechos, así como
que el acusado actuó por despecho, después de que su mujer hubiese iniciado los
trámites de divorcio.
El
suceso se produjo el 13 de julio de 2019, cuando el acusado ya había abandonado
el domicilio conyugal por decisión de su esposa.
La
sentencia concluye que el encausado, "cumpliendo con lo por él
previsto", accedió al aparcamiento del domicilio familiar a las 7.30 horas
de esa jornada y se acurrucó en un lugar en el que no podía ser advertido a la
espera de que apareciese su esposa.
En
ese momento, sin que ella le hubiese visto, "hallándose esta completamente
de espaldas y sin ninguna posibilidad de defensa", la abordó para
propinarle una primera cuchillada en la clavícula que hizo que cayese al suelo.
Después,
mientras ella se encontraba aún con vida intentando defenderse, el acusado
siguió propinándole varias cuchilladas más "hasta que perdió la vida
minutos después" a causa de la pérdida de sangre.
Acto
seguido, el acusado salió a la calle y le comunicó al propietario de un bar
próximo que llamase a la policía porque había matado a su mujer, y permaneció
en el lugar del suceso hasta que llegaron los agentes y practicaron su
detención.
La
agresión mortal se produjo un día después de que el acusado hubiese
protagonizado una pelea con su mujer, tras acudir al centro comercial en el que
trabajaba y presenciar que mantenía una conversación con un amigo.
La
sentencia recalca que los trámites de separación se habían iniciado a
iniciativa de la víctima, "quien había decidido poner fin a la relación
debido al clima de control, sumisión y dominio al que se había visto
sometida" por su marido a lo largo de los años.
Ese
carácter "controlador y posesivo", según la resolución judicial,
"se manifestaba prohibiéndole, entre otras cosas, cortarse el pelo de una
determinada manera, relacionarse con libertad con otras personas" o
incluso comprarse un ordenador "aduciendo que 'eso es lo que hacen las
putas'", entre otros comportamientos.
En
el juicio, el encausado admitió los hechos y su defensa aceptó los términos de
la acusación de la Fiscalía y de la acusación particular, ejercida por los dos
hijos del matrimonio, mayores de edad.
No
obstante, también solicitó que se tuviesen en cuenta las atenuantes de
confesión y de reparación del daño, en la medida en que ya se habían consignado
en el juzgado diversas sumas para dar cobertura a la indemnización solicitada
por sus hijos.
Así,
el fallo impone al acusado la pena de 20 años de privación de libertad como
responsable de un delito de asesinato con la concurrencia de las agravantes de
parentesco y de razón de género, aunque también estima las atenuantes expuestas
por su defensa.
Por
último, al margen de la condena de cárcel, le impone el pago de una
indemnización de 150.000 euros a sus hijos, así como el pago de las costas
procesales.
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