Vicent García Nebot Hermanos: El Ministerio
para la Transición Energética va a invertir más de 1.500 millones de euros para impulsar la tecnología del hidrógeno verde, con el objetivo de
arrastrar una cifra similar por parte de proyectos empresariales y elevar la
inversión hasta los 8.900 millones en 2030. Mucho dinero en inversiones que hay
que empezar a pensar dónde ubicarlos.
El Hidrogeno
Verde es una de las pocas alternativas para eliminar emisiones en la industria
y en el transporte pesado. Especialmente porque esta fuente de energía tiene
algo que las otras energías renovables no tienen: capacidad de almacenamiento.
Otra de las
ventajas es que, aunque debe arder para producir energía, en vez de CO2
que emiten los combustibles fósiles, este combustible lanza a la atmósfera
vapor de agua. El problema es que previamente hay que aislarlo y almacenarlo.
Pero ¿qué es
necesario para construir una central productora de hidrogeno verde?
El proceso se
limita al uso de agua y electricidad. El resultado es hidrógeno y vapor de
agua. En el camino son necesarios electrolizadores para romper las moléculas de
agua, por lo tanto, necesitamos un suelo (polígono industrial preferentemente)
situado cerca del agua, situado cerca de fuentes de generación de energía
eléctrica y cerca de la industria pesada.
Resulta que el
agua desalada facilita enormemente la electrolisis. Por lo tanto, el agua de
desaladora es mucho más efectiva que la de ríos y pozos. Y en Castellón tenemos
dos: la de Moncofa y la de Oropesa.
Tenemos una
industria potente necesitada de energía en el Polígono del Serrallo y en el cluster
de la Cerámica. Y una central térmica de ciclo combinado.
¿Dónde pondrías tú una gran factoría de Hidrógeno?
Pues Verde y en Botella.
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