Ana María Quesada. EPDANos hemos dado normas de comportamiento
para castigar lo hecho incorrectamente, lo éticamente inadmisible,
los comportamientos aberrantes, el uso de violencia gratuita, el
abuso y también la violencia específica de parejas y/o exparejas
hacia las mujeres (porque está demostrado estadísticamente que
somos las más perjudicadas, no por otra cosa).
Esas normas han de ser cumplidas o
castigadas si nuestro sistema pretende ser garante de una sociedad en
la que toda la ciudadanía pueda vivir libremente su vida y eso, para
quienes todavía no lo hayan comprendido, incluye también a las
mujeres.
No somos ciudadanas de segunda.
Resulta muy difícil comprender cómo
podemos considerarnos una sociedad “civilizada” cuando vivimos
entre hechos como el que sufrió esta joven y no es considerado
violación sino un mal menor considerado abuso (con lo que ya
conlleva de violencia explícita).
Los jueces y juezas también son
personas con su propia conciencia y con su propia forma de
interpretar las leyes. Porque las leyes y los hechos no son tan
fáciles de combinar, no todo es blanco o negro. Eso, lo entiendo y
lo comprendo.
Pero algo no funciona cuando no queda
bien claro lo que significa que NO es NO, en todos los casos y en
cualquier situación, y que cinco contra una es mucho más que abuso.
Una joven de 18 años, bebida o no, con
pleno uso de su conciencia o no, acompañada de cinco hombretones de
unos 28 años (algunos de ellos miembros de las fuerzas y cuerpos de
seguridad de nuestro Estado) debiera sentirse arropada y bien
acompañada, no intimidada ni preocupada.
Vergüenza.
Nosotras somos “La manada” de esta
joven, la formada por todas las mujeres y hombres de bien que la
creemos y la apoyamos.
Estos añitos de gobierno de derechas
nos están queriendo hacer retroceder casi hasta las cavernas aunque,
por fortuna, todavía no lo han conseguido. Desde luego hay que
reconocerles que le están poniendo empeño y que lo intentan con
todas sus fuerzas.
Porque, bajo mi percepción, están
queriendo reeducar a toda nuestra sociedad para que las mujeres nos
consideremos inferiores y para que los “machitos” se sientan
superiores.
Debieran ir pensando en rendirse, no lo
van a conseguir.
La inmensa mayoría somos personas que
nos preocupamos por nuestro prójimo y que queremos vivir en un
sistema de respeto, en paz y libertad.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia