Casado. Imagen de archivo Finalmente el presidente nacional del Partido Popular, Pablo Casado ha
estado en Segorbe.
Ha sido una visita tan fugaz que ni siquiera Casado ha tomado el
postre.
No llegó a la hora de la Entrada de Toros y Caballos como estaba
previsto -tampoco la hubiera visto por su suspensión a causa de la lluvia-. El
reajuste de su agenda para visitar con prioridad la zona alicantina afectada
por las inundaciones provocadas por la gota fría hacían inviable su presencia
en el encierro, pero tampoco sus apetencias estaban por ello debido a las
circunstancias.
Ha sido una visita extraoficial y casi por sorpresa. No se le
esperaba.
En el restaurante Idoubeda de Peñalba se había programado desde hacía
días una comida de alcaldes, militantes y simpatizantes del PP por su
presencia, pero en la mañana de hoy se había anunciado que al presidente le
resultaba imposible asistir por el viaje a Alicante. Pero la comida estaba
encargada.
Finalmente llegó, tarde, cuando estaba ya servido el primer plato, acompañado
por la presidenta regional del partido, Isabel Bonig. Tan sólo unos saludos y
limitadas fotos embargadas. Cerca de él, el presidente provincial del PP y
diputado autonómico, Miguel Barrachina y la alcaldesa de Segorbe, Mª Carmen
Climent entre otros cargos del partido y NN.GG.
Comieron los entremeses y el segundo plato y antes de servirse el
postre, salieron rápidamente hacia Vall d’Uixó, sin intervenciones, ni de
carácter político ni ningún otro y sin fotos, por respeto hacia las víctimas
alicantinas.
Fue un abrir y cerrar de ojos.
Aunque no se trata de una visita oficial, esta es la primera vez que
el presidente de un partido a nivel nacional se encuentra en Segorbe, desde
1997 en que lo hizo José Mª Aznar.
Curiosamente en el mismo restaurante y en un salón contiguo se
encontraban algunos simpatizantes locales de Ciudadanos con el diputado Toni
Cantó.
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