El doctor Joaquín Osca. /EPDA
El Hospital Vithas 9
de Octubre continúa apostando por la innovación y la calidad
asistencial al servicio de los pacientes y ha implantado con éxito un
marcapasos sin cables, siendo así el primer centro privado
de la Comunidad Valenciana en hacerlo. El director gerente del
hospital, el doctor José Luis Rey, ha mostrado su satisfacción por este
hito que pone de manifiesto “nuestro compromiso por estar a la
vanguardia y por ofrecer a nuestros pacientes la mejor calidad
asistencial”.
El marcapasos sin
cables ha cambiado el paradigma de la estimulación. “Aquí, cable,
generador y pila, todo está englobado en un sistema realmente de gran
miniatura, que se sitúa todo ello dentro del propio corazón”,
especifica el Dr. Joaquín Osca, cardiólogo y director de la unidad de
arritmias del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre. Un sistema “de
reducido tamaño”, donde, por tanto, “no hay cables y donde no hay lo que
se conoce como la pila o el generador del marcapasos
que, habitualmente, se coloca por debajo de la clavícula izquierda o
bien de la clavícula derecha”.
La principal
característica del marcapasos sin cable es que elimina un punto débil
que tienen los marcapasos convencionales: los cables de estimulación. El
doctor Osca explica que las principales complicaciones
tras el implante de un marcapasos “están relacionadas con problemas con
los cables, dado que pueden desplazarse, con los años, sufren roturas, y
luego los gérmenes pueden anclarse en ellos y el paciente sufrir una
complicación potencialmente mortal como es
la endocarditis. La endocarditis es una infección interna dentro del
propio corazón donde los gérmenes se fijan habitualmente al material
protésico, en este caso los cables del marcapasos”.
La intervención, que se
desarrolló en el Hospital Vithas 9 de Octubre, “fue perfecta”, califica
el Dr. Osca, “A diferencia de lo que es el marcapasos convencional que
se implanta por un acceso superior, es decir,
por las venas que están situadas por debajo de las clavículas, el
marcapasos sin cables se implanta a través de la punción de la vena
femoral, que se localiza en la ingle, generalmente derecha, y es un
camino directo hasta el corazón”.
Como remarca el
director de la unidad de arritmias, el sistema de implante tiene una
serie de vainas. Estas vainas son una especie de tubos de plástico que
permiten canalizar este marcapasos, “situarlo en el ventrículo
derecho y, posteriormente, retirar todo ese sistema de liberación”, con
lo cual el paciente, al final, lo que tiene es un dispositivo de unos
pocos centímetros situado en el interior del corazón. “Y nada más. No
hay heridas. El paciente, al cabo de unas horas,
puede iniciar la deambulación. No hay que retirar puntos, no hay riesgo
de infecciones de bolsa del marcapasos en este sentido. Los riesgos que
habitualmente podrían aparecer con un marcapasos convencional, con
estos marcapasos, desaparecen”, subraya.
Por
lo general, la indicación principal se da en personas a partir de una
cierta edad, “cuando sufren trastornos eléctricos del corazón que se
manifiestan por una bradiarritmia, es decir,
un pulso eléctrico lento, una frecuencia cardíaca baja”, clarifica el
Dr. Osca. En este aspecto era un paciente de edad avanzada, de más de 85
años, que tenía una arritmia cardíaca, una frecuencia cardíaca por
debajo de 40 latidos por minuto. “En estas circunstancias,
después de conversar con el paciente, hablar de las distintas opciones
terapéuticas que había –o sea, un marcapasos convencional o un
marcapasos sin cables-, el paciente identificó todas las ventajas que
ofrece el marcapasos sin cables, y claramente, de forma
consensuada, a través de una entrevista y de una valoración entre el
paciente y el médico, en este caso yo mismo, tomó la decisión de ser
tratado mediante un marcapasos sin cables”, relata el doctor.
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