Julio Sola, alcalde de La Yesa. /EPDALa vida es el mayor regalo que pueden dar las personas. Cuando una pareja decide traer a una personita a este mundo, recae sobre ellos la importantísima decisión de crear una vida que tendrá que afrontar el cruel y duro mundo en el que vivimos, con las desgracias y catástrofes que sufre el planeta y de las cuales nosotros mismos, los seres humanos, somos los responsables directos: guerras, violencia, contaminación, cambio climático, enfermedades.
Es lógico pensar que las nuevas vidas puedan ayudar a hacer de este mundo un lugar mejor, pero, entonces, ¿qué clase de regalo estarían dando si no somos capaces de ofrecer un entorno para que su infancia sea la que todos hemos soñado?
Hablo de la infancia en la que uno de esos niños sueña con que Peter Pan lo lleve a Nunca Jamás y así poder vivir aventuras en una isla mágica. O cuando nos abruma el recuerdo de un tiempo en que no había coches, los niños jugaban en las calles, salían de casa y se perdían las horas haciendo casetas en árboles, explorando corrales y pajares, bañándose en riachuelos y lavaderos, cogiendo directamente las frutas y verduras de los huertos para merendar, investigando los límites de ser un niño.
Ese lugar en el que los padres trabajan tranquilos porque saben que el tiempo casi se detiene, el día es más largo y las tardes sirven para salir de casa y disfrutar de su pasatiempo favorito. Un lugar en el que cualquier persona conoce tu nombre y el de tu familia. Donde las preocupaciones se convierten en anécdotas y en el que ese regalo que se ha hecho en forma de vida aproveche cada día de su existencia.
No va a ser ninguna sorpresa para el que lea estas líneas adivinar que me refiero a los hermosos, tranquilos y, para bien o para mal, extremadamente despoblados municipios en riesgo de desaparecer. Municipios que son capaces dar todo a cambio de nada: la felicidad a cualquier persona que decida vivir en él.
Sirva este escueto artículo para hacerse dos preguntas: ¿me gustaría vivir en el pueblo? Si la respuesta es sí, ¿existe la posibilidad de hacerlo? Sean cuales sean las respuestas a estas preguntas, aquí os esperamos con los brazos abiertos.
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