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Vivir en medio de la
calle. La impactante estampa es de Museros. Una casa con inquilinos dentro
quedó en medio de la calle, fruto de las políticas urbanizadoras. La estricta
aplicación de la normativa numeraria imposibilitó el canje por otra vivienda. Y
ahí ha quedado para la historia urbana local, viviendo en medio de la calle,
nunca mejor dicho. Las políticas municipales debieran pensar que no están sólo
para el urbanismo del hormigón y el cemento, sino para atender a las necesidades
de las personas y sus humanísimos problemas. Cambiar de mentalidad. B.
Bueno