Jaime Navarro. /EPDA Y dos huevos duros, y una manta morellana, y una navaja suiza, y lo que es mas importante un peine/navaja para ahorrarnos la peluquería...Y más ahora, "ñoras" y "ñores", que hasta para afeitarnos hay que acceder a la app y pedir cita previa...
Adoro a Sánchez. Cada día un poco más. Hoy que es tan difícil escuchar en nuestros pueblos y ciudades el tranquilizador ulular del afilador. Hogaño que ya olvidamos los serenos y las camionetas de colores que con sus dulces musiquillas nos traían los helados hasta la mismita puerta de casa.
Últimamente que cada día es más raro toparnos con los del estruendoso organillo y la cabrita rumbera. Mañana mismo que según parece el BOE va a prohibir terminantemente hasta los espectáculos cómico-taurinos, vamos, los enanitos toreros de toda la vida. Solitaria pues la calle Sierpes de aquellos añorados trileros.
Sumidos en esta insoportable España globalizada hasta las trancas, carente de cualquier personalidad y de cualquier salero. Cuando va y aparece Sánchez, y nos vuelve a alegrar el cuerpo y la vida rumboso regalándonos pisos a granel, 400 pavos para los gastos de los churumbeles, y hasta 2 euros que solo pagarán nuestros padres y abuelos para la entradita del cine...Y en cinemascope y vistarama. No vaya usted a creer.
Y luego encima va VOX e intenta confundirnos a todos con qué son ellos los únicos patas negras spanish, y que son estos de Abascal los castizos que defienden como nadie nuestra idiosincracia frente a ese terrible elitismo globalista que tanto nos persigue y nos asola.
Y un jamón...!
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