El Papa Juan Pablo II ya es santo. FOTO MURGUI
La plaza de San Pedro llena a rebosar. FOTO MURGUI El lunes 28 de abril de 2014, fue el día de Acción de Gracias, Roma ya tenía menos gentes en sus calles, pero en la ciudad aun se respiraba el ambiente de fiesta. Roma es una ciudad abierta al mundo y sobre todo acogedora, como abierta es la Columnata de Bernini que es el símbolo de esos brazos abiertos donde todos tenemos cabida.
Ese lunes la Plaza de san Pedro, volvió a llenarse de personas que acudieron a la Misa de Acción de Gracias por la canonización de los dos santos. Fue una ceremonia muye sencilla, presidida por S.E. D. Angelo Comastri, Arcipreste de la Basílica de San Pedro. Al empezar la eucaristía, el Cardenal de Cracovia y secretario de SAN JUAN PABLO II, D. Estanislao Dziwisz, tomó la palabra desde el altar de la Plaza para dirigir unas cortas pero intensas palabras en italiano a los participantes en la celebración. Fue muy elocuente a la hora de hablar del nuevo santo, como también fue muy exquisito a la hora de agradecer al Papa Francisco y a Benedicto XVI su brillante actuación para reconocer en Juan Pablo II el santo que hoy veneramos.
La plaza estaba llena de fieles, pero las banderas de Polonia, se dejaban ver en todo el recinto. Personas de todas las edades, estaban en actitud orante y viviendo aquella celebración como algo propio, algo que tocaba muy de cerca. Las canciones polacas, cantadas en italiano ponían una nota festiva y agradable a aquella celebración. Se notaba la fe de un pueblo que ha sufrido, y se detectaba el agradecimiento de ese pueblo con el que fue Pastor de la Iglesia universal y hoy santo elevado a los altares.
¿Qué es lo que más me impresionó? Cuando en el momento de la consagración, la plaza entera se arrodilló, muchas lágrimas surcaron las mejillas de un pueblo sencillo que había llegado hasta Roma, para dar gracias a Dios, porque su Papa, nuestro Papa, el Papa que hemos conocido y amado los últimos y primeros años de estos últimos siglos, permanece vivo en la memoria de todos, es un santo reconocido por la iglesia y venerado por el mundo.
Fue una ceremonia especial, directa al corazón, cargada de momentos intensos donde la fraternidad universal se pone de manifiesto. En la homilía el Cardenal Comastri nos hizo una pequeña reflexión: el día del entierro de Juan Pablo II, en esa misma plaza, los asistentes con los ojos en lágrimas, pensaban ¿de dónde le viene la fuerza a este Papa? Y un suave viento empezó a girar las páginas del Evangelio que sellaba la tumba de Juan pablo II. La respuesta era clara, la fuerza le viene de vivir el Evangelio.
¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! Coreaba el pueblo polaco… Gracias, palabra mágica que se dejaba sentir en los corazones de los asistentes… así vivimos aquella celebración que puso el broche de oro a una fiesta grande convocada por la memoria de dos Papas grandes.
Juan Pablo II amaba a España, prueba de ello son las visitas que hizo a nuestra tierra, pero si algo queda en el recuerdo de los amigos de Polonia, es una canción española de Cesáreo Gabarain, que se ha cantado en muchas celebraciones litúrgicas, es una canción de los años 70 y lleva por nombre “La barca” “tu, has venido a la orilla….” Esa canción es como un himno que el pueblo Polaco, canta en su lengua cada vez que evoca la figura de Juan Pablo II. Verdaderamente siento una profunda emoción y un venerado respeto cada vez que oigo esas notas musicales, porque sean cantadas en polaco, en italiano, o en español, se que las está oyendo un santo, se que motivaron sentimientos de amor y oración en el corazón de Juan Pablo II.
Y con esas notas musicales resonando en nuestra mente y en nuestro corazón, dijimos ¡HASTA SIEMPRE ROMA! ¡HASTA SIEMPRE SAN JUAN PABLO!, tu y solo tú, has sido capaz de cambiar el mundo, has sido capaz de acercarnos más a Dios y a los hombres, has sido capaz de derribar las barreras que separan, y has sido capaz de aglutinar la bandera del amor y de la paz para unir a mundo.
¡GRACIAS JUAN PABLO II!
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