El retrato del socialista Gabriel Echávarri, que dejó la alcaldía de Alicante hace poco más de un año, cuelga desde hoy en la galería de alcaldes del ayuntamiento, donde es el último de un total de 58 cuadros.
El alcalde de Alicante en funciones, Luis Barcala (PP), ha presidido junto a la portavoz del grupo municipal socialista, Eva Montesinos, el acto protocolario de descubrimiento del retrato de Echávarri, quien ha disculpado su asistencia, según el popular, transmitiéndole "unas palabras de agradecimiento".
Se trata de un retrato al óleo pintado sobre madera por Jesús Zuazo, quien ya fue el artista de los cuadros de los dos alcaldes previos: los de los populares Sonia Castedo y Miguel Valor.
Con el de Echávarri, "se reconoce al exalcalde y pasa a la historia por la labor de servicio público desarrollada en el cargo. Entra en la historia junto al resto de alcaldes que han tenido el honor y el orgullo de ser alcaldes de Alicante", ha dicho el actual alcalde en funciones.
Ha explicado que el propio Echávarri le había expresado su deseo de que el cuadro pudiese instalarse antes de que terminase el mandato, lo cual se cumple a 48 horas de la investidura.
La todavía portavoz municipal del PSPV-PSOE, Eva Montesinos, ha asegurado que se trataba de un honor representar a su compañero de partido "con el que ha compartido mucho trabajo y mucha gestión" y ha expresado en su confianza en que "con el tiempo, la justicia le coloque en el lugar que se merece en la historia, como lo que ha sido, un buen alcalde".
El retrato, que se ha elaborado en un tiempo de un mes y medio, según el propio artista, se colocará en una de las paredes laterales de la galería de alcaldes, junto al retrato dedicado al último exalcalde del PP, Miguel Valor.
Con todo, se trata de una ubicación provisional, ya que a partir de la próxima semana, una vez celebrado el pleno de investidura de este sábado, se instalará un andamiaje de más de tres metros para reorganizar y reubicar todos los retratos de los alcaldes históricos con el fin de dejar libre la primera fila inferior a los regidores que han desempeñado el cargo desde la reinstauración del periodo democrático.
Zuazo ha señalado que ha tratado de representar al personaje "de la forma más realista" a partir de la fotografía oficial del Ayuntamiento que le facilitaron.
Con el de Echávarri, ya son 58 los retratos de alcaldes en la ilustre galería desde Germán Beltrán (1870) aunque colocado en el primer lugar figura el de Eleuterio Maisonnave (1891), recordado como gran benefactor de la ciudad desde que ayudara a los vecinos durante una epidemia de fiebre amarilla.
Todos están pintados al óleo a excepción de uno, el que se colgó el 9 de abril de 2011 con la imagen de Luis Díaz Alperi (PP), encargado al alcoyano Germán Aracil y efectuado en la técnica del "pastel" por petición expresa del propio político popular.
Los cuadros ocupan desde la primera década del siglo XX la antesala del salón Azul, tapizado así en honor de la Reina Isabel II cuando, en su viaje a Alicante en 1860, se hospedó en el propio palacio consistorial.
La idea de la galería de alcaldes se remonta a finales del XIX con el propósito de rendir tributo a los ilustres de la ciudad, lo que hizo que, entonces, se comenzara con el retrato de Maisonnave, cuyo cuadro consta en los inventarios municipales desde 1891.
En 1907 la cifra ya se elevaba a trece retratos: Maisonnave, Chorro, Bueno, Mingot, Amérigo, Bas, Javaloyes, Ugarte, Terol, Mandado, Colomer, Gomis y Gadea, todos del pintor A. de la Rochette.
Coincidiendo con el final de la II Guerra Mundial, en 1918, cinco regidores más habían sido retratados: Beltrán, Barón de Finestrat, Barón de Petrés, Rojas y Cortés por Heliodoro Guillén o Vicente Bañuls, y en 1948 la nómina había aumentado a 21, con los lienzos de Mauricio, Pérez Bueno y Eugenio Botí.
A finales de los años 70 y durante los 80 del siglo XX se encargó a los pintores Juan Manuel Amérigo Asín, Andrés Forner Bascuñana y Roberto Ruiz Morante aquellos retratos que, por diversos motivos, no se habían hecho.
Para ello, hicieron uso de fotografías antiguas o grabados con el fin de que todos los alcaldes ocuparan su sitio, en una tradición que aún hoy continúa y que se quiere prolongar.